Cuarta transformación da inicio, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador prestó hoy juramento como nuevo jefe de Estado de México y, de manos del diputado Porfirio Muñoz Ledo, recibió la banda presidencial que le entregó el mandatario saliente, Enrique Peña Nieto.
La ceremonia se llevó a cabo a las 11.20 hora local, unos 20 minutos más tarde de lo establecido, en la sede de la Cámara de Diputados, teniendo como testigos a diputados y senadores en una sesión conjunta del Congreso, dominado por su partido, Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Toma de protesta de AMLO
«Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido de manera democrática, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande», dijo al recibir la banda presidencial.
López Obrador, quien será presidente de 2018 a 2024, recibió la banda presidencial de manos de Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados y uno de los padres de los movimientos de izquierda en México al separarse en 1988 del Revolucionario Institucional (PRI), el partido de Peña Nieto.
Unos 40 minutos antes de la ceremonia de transmisión del Poder Ejecutivo Federal, López Obrador salió de su casa en Tlalpan, en el sur de Ciudad de México, en su vehículo particular, arropado por centenares de simpatizantes.
Este protocolario evento se llevó a cabo con la sede legislativa custodiada por agentes de la Policía capitalina y del Ejército, vestidos de civiles con traje negro.
En la tribuna, antes de que llegaran Peña Nieto y López Obrador, que arrasó en los comicios del 1 de julio con más de 53 % de los votos, los legisladores dieron su posición sobre la investidura presidencial.
En un emotivo mensaje, el senador Mario Delgado Carrillo, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido de López Obrador, afirmó que es «tiempo del cambio verdadero» y de la «democracia verdadera», que pone fin a un «régimen autoritario».
«No les vamos a fallar. ¡Que vivan los ciudadanos del primero julio! ¡Que viva la cuarta transformación nacional! ¡Y que viva México», concluyó.
En un encendido discurso, el diputado y expresidente nacional del Revolucionario Institucional (PRI) René Juárez criticó las consultas populares y la cancelación del aeropuerto de Texcoco.
Y si bien deseó un mandato exitoso a López Obrador, afirmó que el PRI nunca estará «de rodillas» ante el nuevo mandatario, a quien recordó que «la obcecación conduce a lo autoritario».
El senador Mauricio Kuri, del conservador Acción Nacional (PAN), alertó que «no hay popularidad que se erija por encima de las instituciones». «No somos detractores del cambio» pero hay que buscar una «reforma con sensatez» porque «México no será el próximo Venezuela», dijo entre aplausos de su bancada.
Algo más crítico, el senador de Movimiento Ciudadano (MC) Clemente Castañeda advirtió que se vive «un clima de crispación» en México y alertó de acciones, como las polémicas consultas populares impulsadas por López Obrador, que «amenazan el pacto federal».
El senador Raúl Bolaños, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), reivindicó el legado de Enrique Peña Nieto, del que el Verde fue aliado, pero tendió la mano a López Obrador para lograr «la transformación» del país.
El exalcalde de Ciudad de México y senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Miguel Ángel Mancera señaló que su partido «bajo ninguna circunstancia será obstáculo para el cambio propuesto» por López Obrador, aunque exigió al mandatario que «no permita que se lleven a cabo actos sin asidero constitucional».
La senadora Geovanna del Carmen Bañuelos, del Partido del Trabajo (PT), que contendió en las presidenciales con Morena, habló de un Estado «fallido» y de la necesidad de un «proyecto alternativo de nación» dentro de la «cuarta transformación de la República».
Fernando Luis Manzanilla, diputado de Encuentro Social, aliado de Morena, resaltó que la seguridad y la justicia han de ser prioridades del sexenio, y expresó el apoyo «pleno» de su agrupación al plan de pacificación del nuevo Gobierno, «en especial a la creación de la Guardia Nacional», un controvertido cuerpo que integrará a policías y militares.
Durante la sesión, que se desarrolló en relativa calma, hubo aplausos y vítores en cada intervención mezclados con algunos momentos de tensión.
Por ejemplo, tras la intervención del PRI, diputados de Morena recordaron la tragedia de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa contando hasta 43.
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