Durante su periodo como senadora del PAN, Xóchitl Gálvez se ha caracterizado más por sus irrupciones y puestas en escena que por los resultados que ha dado en su trabajo legislativo.
Según recuerda la periodista Andrea Becerril, en La Jornada, la panista se colocó una botarga de dinosaurio para protestar contra el plan B del Presidente Andrés Manuel López Obrador en materia electoral. También se encadenó al presidium de la sede alterna de Xicoténcatl.
En varias ocasiones, los representantes de Morena la han acusado de acudir al “show”, de buscar los reflectores y lo mediático, antes que otra cosa, especialmente en los temas relacionados con las iniciativas presidenciales y sus obras insignia.
Durante el primer año de la Legislatura, Gálvez tuvo 61 intervenciones ante el pleno: una para fundamentar el voto del PAN contra la reforma que permitía a Paco Ignacio Taibo II asumir la dirección del Fondo de Cultura Económica, al eliminarse el requisito de ser mexicano por nacimiento.
Un «revolcón» a los pies de la Mesa Directiva del Senado no cae mal, muy dispuestos al trío con Xóchitl Gálvez estaban Gustavo Madero y Emilio Álvarez de Icaza.
Becerril relata que, según los informes de labores de la panista y datos del Senado, desde entonces y hasta el pasado 30 de abril, Gálvez presentó 48 iniciativas y 117 puntos de acuerdo, principalmente para demandar comparecencias de funcionarios responsables del Tren Maya, Dos Bocas, o los titulares de Pemex o la CFE.
Sobre sus iniciativas, la mayoría están congeladas en comisiones y los puntos de acuerdo más antiguos se dieron por concluidos.
Otro show de la «senadora» Xóchitl Gálvez cuando se encadenó en el Senado.
Entre ellos está el presentado en septiembre de 2019, pidiendo a la Secretaría de la Función Pública investigar el patrimonio del titular de la CFE, Manuel Bartlett.
Luego, cuando Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad publicó su nota sobre la “casa gris”, acusando a José Ramón López Beltrán, hijo de AMLO, de vivir en Houston en una casa rentada por un contratista de Pemex, la panista llevó una maqueta de la vivienda al patio del Senado y una representación hecha con legos que colocó en su escaño.
Becerril también recuerda cómo, aunque Gálvez fue incluida inicialmente como secretaria en las comisiones de Anticorrupción y en la de Asuntos Indígenas, así como miembro de las Zonas Metropolitanas y Movilidad, Reforma Agraria y Medio Ambiente y Recursos Naturales, poco a poco se fue colando a la de Energía.
Ahí, logró participar en la comparecencia de las cuatro ternas enviadas por el Presidente para elegir a igual número de integrantes de la Comisión Reguladora de Energía, donde se ensañó con uno de ellos, un joven integrante de la Ayudantía que no supo responder a preguntas técnicas, y las propuestas terminaron regresando al Ejecutivo.
Después de eso, logró que el PAN la sumara a la Comisión de Energía, desde donde ha criticado los perfiles de los candidatos a la Comisión Reguladora y a otros órganos autónomos del mismo sector.
También se pronunció en contra de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, que buscaba frenar los abusos y corruptelas de las empresas privadas generadoras de electricidad, argumentando que no se privilegiaba a las “energías limpias”.
Igualmente estuvo en contra de la modificación de la Ley Minera de abril de 2022, en la que se determina que la explotación del litio corresponde sólo al Estado.
“Hay litio en todas las partes de la Tierra y apenas van a obtener unos cuantos gramos, por lo que es mentira que haya reservas en potencia”, argumentó ante el pleno.
Votó en contra de la reforma educativa. Junto a Gustavo Madero se acostó fuera de la vieja casona de Xicoténcatl en octubre de 2020, como protesta porque la mayoría de Morena estaba por aprobar la minuta para eliminar 109 fideicomisos.
En 2022 se pronunció contra la reforma electoral subiendo a la tribuna disfrazada de dinosaurio, con una botarga que decía “Jurassic plan”.
Temas espinosos de los cuales no habla o no quiere recordar la senadora Gálvez, como por ejemplo su Casa de los Moches o bien su hermana secuestradora.
Finalmente, en abril pasado, cuando el PAN, PRI y PRD ocuparon la sede de Reforma e Insurgentes porque Morena no dio los votos para nombrar a dos comisionados del INAI, pasando toda la noche en el recinto para impedir que el grupo mayoritario aprobara 20 minutas, entre ellas 17 proyectos prioritarios de la 4T.
Ante esta situación, Morena y sus aliados decidieron sesionar la siguiente noche en la sede de Xicoténcatl, pero Gálvez llegó antes y se encadenó a la silla de la mesa directiva.
inicialmente, la panista fue ignorada, los morenistas acondicionaron el patio y aprobaron las reformas, recuerda la periodista.
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