Irma rechaza recompensa por entregar a presuntos feminicídas de Fátima, pues aunque se siente avergonzada del crimen cometido por su sobrino confiesa no sentirse arrepentida de haberlos engañado para sacarles la confesión sobre el horroroso castigo que infligieron sobre la pequeña de siete años hasta arrancarle la vida.
En entrevista con Milenio, Irma declaró haber protegido durante unos días a su sobrino pues no sabía lo que estaba ocurriendo cuando llegaron a refugiarse con ella el 16 de febrero de 2020 (domingo) alrededor de las 4 pm.
El papá de Mario, hermano de Irma, se suicidó hace 24 años o 22 y desde entonces dejó de verlos cuando el tenía como tres o cuatro años.
Nadie había vuelto a ver a Mario. Venía con los tres niños y la chica (Giovanna), y me dijo: “Soy yo, su sobrino Mario”. Entonces yo me acordé del hijo de mi hermano Pepe, que en paz descanse, y le dije: “Hijo, soy tu tía Irma, ¿te acuerdas?”. Me dio un abrazo y me dijo que eran sus hijos y su mujer. Me preguntó por cuartos en renta y le dije que se quedaran conmigo en la casa, pero me contestó que querían estar solos para no causar problemas a la familia.
La tía de Mario relató que por aprecio a los niños les ofreció darles posada en su casa mientras el conseguía un trabajo para poder pagar la renta de una casa donde pudieran vivir aparte.
Fue hasta el miércoles cuando ella vio en la televisión las fotos de Giovanna y Mario donde los señalaban como presuntos asesinos de Fátima, por lo que decidió encararlos.
Mario señaló a Giovanna de haberle quitado la vida a Fátima, aunque al final confesó que ambos estrangularon a la pequeña con dos cinturones y le suplicaron a Irma que los ayudara a esconderse, sin embargo decidió entregarlos a las autoridades, rechazando la recompensa económica de los 2 millones de pesos ofrecidos por el Gobierno de México a quien informara sobre la ubicación de la pareja.
Soy mujer, he sido violada. Tiene que haber justicia. Y no quiero lucrar con esto, yo no sé nada de si van a dar… yo solo quiero que se haga justicia.