Uno de los criminales más sanguinarios de los últimos tiempos, José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, resultó ser un sentimental, y gracias a esa “debilidad”, sin proponérselo, delató a su madre, su hermana y prima.
Los gobiernos estatal y federal han hecho de todo para localizar y aprehender a “El Marro”, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima. Han enviado agentes encubiertos, congelado cuentas bancarias, y realizado operativos casa por casa en comunidades bajo el control del criminal. Sin embargo, nada ha funcionado.
Recientemente, las autoridades federales intervinieron una de las llamadas del líder huachicolero, en la que se enteraron que “El Marro” pretendía asistir a la fiesta de cumpleaños de su hija en un inmueble ubicado en el municipio de Celaya, el pasado fin de semana.
La información influyó para que las autoridades solicitaran a la Fiscalía Estatal de Guanajuato una orden de cateo al domicilio, donde supuestamente se realizaría el evento. Pero al llegar, las autoridades no encontraron al líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, ni tal fiesta. Para sorpresa de las fuerzas armadas, en el sitio se hallaban la hermana, la prima y la madre del criminal, hoy en prisión preventiva por delitos contra la salud.
La operación tuvo lugar el sábado 20 de junio. Como respuesta, las tropas del Cártel de Santa Rosa de Lima, incendiaron una veintena de vehículos en las calles de Celaya y otras comunidades rurales aledañas.
La estrategia resultó con el arresto de unas 25 personas, incluidos familiares cercanos del capo.
Tras los hechos, el jefe del grupo criminal confirmó, a través de dos videos, que los agentes se habían llevado a su madre, por lo que embistió contra el gobierno y el Cártel Jalisco Nueva Generación. En las grabaciones, el líder huachicolero está sentado en una silla y enrabietado suelta una ristra de insultos contras las autoridades federales y contra el grupo criminal rival.
Celaya, de cerca de medio millón de habitantes, estuvo ardiendo toda la tarde del sábado, en una reacción clásica de Yépez Ortiz cuando se ve acorralado por las fuerzas de seguridad. Grandes camiones, autobuses y algunos comercios envueltos en llamas desprendían enormes humaredas que bloqueaban calles y carreteras. Por la noche, el 95 por ciento de las zonas de conflicto ya estaban controladas.
En Guanajuato, durante todo el año 2019, las fuerzas estatales, federales y el CJNG lanzaron una embestida combinada contra “El Marro”. No lo derrotaron, pero avanzaron posiciones y empezaron a mermar su fuerza, aunque a un ritmo desesperadamente lento. Congelaron cuentas bancarias, confiscaron propiedades, detuvieron a varios cabecillas de la estructura, ejercieron presión sobre los presidentes municipales aliados con el cártel, cerraron un porcentaje importante de tomas clandestinas para el robo de combustible de los ductos de Pemex. Dieron pasos en firme, pero como en toda guerra, hubo varios caídos.
El cerco contra José Antonio Yépez, “El Marro”, un ladrón de combustible, proveniente de una zona rural del centro del país, desconocido hasta hace poco, supondría, si se consigue, el golpe que el gobierno necesitaba para anotarse un tanto en la lucha contra la delincuencia organizada.
Con información de agencias
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