Luego de ser acusados de robo a casa habitación, alrededor de 100 habitantes de la comunidad de Santa María Asunción, en el municipio de Tulancingo, Hidalgo, hicieron justicia por propia mano, al retener y linchar a tres hombres. Con estas víctimas, van siete personas asesinadas por turbas en menos de dos meses.
Según los primeros reportes de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo, los habitantes detuvieron a tres personas, a las que señalaron de robo a una vivienda en la zona, por lo que incendiaron un vehículo particular y golpearon a los presuntos delincuentes hasta matarlos.
Cuando llegaron al lugar agentes de la policía municipal y estatal, no pudieron hacer nada, se confirmó que los retenidos habían fallecido, debido a los golpes.
Cabe destacar que en la comunidad de Santa María Asunción, este año se han contabilizado tres retenciones de pobladores contra presuntos delincuentes, e incluso colgaron de un árbol a uno de ellos, que terminó lesionado.
Al menos cuatro linchamientos se han reportado este año en Hidalgo, con un saldo de siete víctimas mortales.
El pasado 23 de agosto ocurrió el primer caso en la comunidad de Texcatepec, en Chilcuautla, donde los pobladores acusaron a una persona de robar una camioneta. El acusado fue golpeado y horas después murió en el Hospital Regional del Valle del Mezquital.
Siete días después, en Santa Ana Ahuehuepan, en Tula, quemaron a una pareja a la que acusaron de robachicos.
Los pobladores enardecidos incendiaron un vehículo particular y golpearon a los presuntos delincuentes hasta matarlos.
El 27 de septiembre pobladores de Metepec golpearon a cuatro personas y quemaron a una más, que fue identificada como un agente del Ministerio Público de Tulancingo.
Aunque la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) abrió las respectivas carpetas de investigación, hasta el momento ninguna persona ha sido detenida por estos hechos.
De 2016 a la fecha se han contabilizado seis linchamientos en Hidalgo, los que han dejado diez muertos por las retenciones.
Fuentes ministeriales indicaron que los mismos pobladores engañaron a los policías, pues cuando llegaron les dijeron que la retención de los acusados era en otro punto, para así poder lincharlos y evitar que los rescataran.
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