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México

Marcado por la marginación, ‘El Mijis’, de pandillero a diputado


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Staff

Una vida plagada de altibajos, drogas, alcohol, pero sobre todo marcada por la marginación, encuentra una oportunidad, es el caso de Pedro César Carrizales Becerra, apodado “El Mijis”, quien fue electo como uno de los 27 diputados que integrará la LXII legislatura de San Luis Potosí.

“El Mijis” estuvo preso 2 meses por herir a balazos a 4 personas, tiene antecedentes penales por robo, allanamiento de morada y daños, sin embargo ya se reformó e incluso ayuda a jóvenes que cayeron en las drogas.

Pedro César dirige el “Movimiento Popular Juvenil”, que encausa a chavos en situación de calle, reivindica sus derechos, y además desde el 2000 lucha contra la discriminación.

Pedro César Carrizales ha participado en treguas de paz entre pandillas que han sido rivales desde hace años, con el fin de que disminuya la violencia y la criminalidad, por eso buscó ser la voz de los sectores excluidos en el Congreso potosino.

De viva voz nos narra parte de su tragedia: “Tuve tragedias, una de ellas fue cuando me picaron y no entendí, me machetearon en la cabeza y tampoco, luego a mi chavito le dieron una bala en la pierna por mis broncas, pasó una moto, tiraron balazos y le pegaron, y así…, lo que marcó mi vida, fue la muerte de mi jefa”.

A sus 37 años, Pedro César Carrizales Becerra, es líder del “Movimiento Popular Juvenil”, cuyo objetivo es rescatar a chavos en situación de calle y sus derechos, así como a la no discriminación y buscarles oportunidades, actividad que realizan desde el 2002 como colectivo y desde el 2003 como asociación, llegando a la fecha, a tener miembros de 240 pandillas en todo el estado, la capital, y en Soledad de Graciano Sánchez y Zaragoza.

Con un comité de 12 personas, buscando la inclusión, pero aguantando ser mal vistos por la sociedad, por los tatuajes, que para ellos llevan un significado, pues puede ser el de “la jefecita”, alguien que murió, o lo usan como su mural donde expresan algo de lo que sienten, con distintas formas de vestir, vaqueros, guangos, pero no faltan las etiquetas de la sociedad y por cuestiones de la policía, pues casi siempre son detenidos sin justificación, “nomás por sospechosos”, el movimiento ha ido creciendo buscando siempre que la gente sea más incluyente con los chavos banda.

La crónica de chavo banda “fresa”

“Yo soy chavo banda, cometí muchos errores de más chavo, me picaron el riñón, la neta estuve detenido varias veces pos decían que era líder, tome malas decisiones, andaba muy metido en la borrachera y las drogas, me gustaban los pleitos y a raíz de todo esto hice un historial policiaco en el cual me llevé entre las patas a mi familia, mire jefe, cuando yo estaba chavito pos no quería ser pandillero, me tocó vivir en una colonia popular, a mi jefa le tocaba trabajar, entonces yo tenía que salir de mi casa a la escuela y en la esquina siempre había unos chavos que me tiraban acá el barrio, y pos me empezaron a jalar”.

Y continua con su relato mientras el tiempo pasa y el mueve sus manos: “Mire, a mí en ese tiempo me gustaba andar “fajao”, había un actor que me gustaba y se llamaba Juan Ferrara, de ese bato me gustaban mucho sus telenovelas, es más me sentía galán, yo quería ser artista, quería estudiar en la de las artes y oficios, cuando salía de mi casa pos la banda me decía que fresa, pos cual fresa, si yo soy de una colonia popular, pos imagínese ,la banda no era mala, pero la banda miraba mal que anduviera fajado, y la misma banda me mandó a unos pa´ que me golpearan, pa´ que se me bajara lo fresa y ya al último pos me empecé a juntar con ellos y pos fueron algo así como mi segunda familia”.

Recuerda que se juntaban en la esquina y les aventaban a la policía…”Y pos nos fabricaban delitos y nosotros en rebeldía, pos nos enojábamos, decíamos pos nos juntamos y ni hacemos nada pos ora si pa’ que de veras digan que hacemos, mire en ese tiempo ni siquiera éramos drogadictos, ni borrachos, y así brinca uno la inocencia, porque nunca falta el amigo que agarre la botella y pos la pasa a la banda y luego a más cosas y así es como uno va haciendo pos su carrera”.

Continua: “En lo personal, tuve tragedias, una de ellas fue cuando me picaron y no entendí, me machetearon en la cabeza y tampoco, luego a mi chavito le dieron una bala en la pierna por mis broncas, pasó una moto, tiraron balazos y le pegaron y así, lo que marcó mi vida fue la muerte de mi jefa, que mi amá tenia insuficiencia renal, pos haz de cuenta, uno se acostumbra a su enfermedad, ella tenía seis años con ella, ‘tonces ella se ponía malita y con el medicamento pos se alivianaba, ‘tons un día mi carnalita nos dijo que estaba mala, ella vivía a dos cuadras, y yo por estar en la borrachera pos me valió por quedarme en la “peda”, me valió y no la fui a ver, y al otro día llegó ella llorando y me dijo que mi jefa se había muerto sentí bien gacho, imagínese por andar de borracho ni siquiera me despedí de ella”.

La unión de los menospreciados

De la necesidad de poderse llevar un taco a la boca, surge la búsqueda de aportar a la casa con algo de dinero, recurriendo al único oficio que sabía hacer, el que le heredó su papá, el de albañil, dando comienzo al actual sueño, en la magia del interior del museo de la máscara, 19 chavos que trabajaron por tres semanas, de donde surgió la banda, de donde salió la idea de defender sus derechos, conociendo gente del ámbito político lo que llevó a crecer el movimiento, lo que devino en conseguir trabajo para sus compañeros, todos ellos de distintas pandillas, consiguiéndoles hasta vivienda, teniendo que constituir la asociación.

La tarea de seguir organizando a “la banda”, llamó la atención de locales y foráneos, pues en 2009 un reportero de la revista “Nathional Geographic” hizo un documental de las pandillas, permitiendo ver sus proyectos como grupo, y obtener en 2013 ser reconocidos como cultura urbana, surgiendo las nuevas ideas como el de recorrer México en bicicleta, cubriendo 7 estados con la bandera “de un grito a la existencia” o sea, “decirle a la sociedad aquí estamos”, por un México en paz, por reconocer los problemas, pasando por Matehuala, por Cedral, Saltillo, Monterrey, hasta llegar al Congreso de la Unión y el Senado de la República, hasta la Presidencia, donde entregaron el pliego petitorio de los problemas que les aquejan.

Acciones y soluciones

La labor no es fácil, encausar la energía de los chavos, hacer pactos entre bandas, todo para tener una buena convivencia y estar en paz, lo que se torna difícil, pues siempre puede surgir o salir de alguna colonia, la “banda contraria” y las rencillas entre condominios vuelven a surgir, más aún si no hay apoyos de ninguna instancia, si acaso, los de una empresa ,que ayuda con 60 cubetas cada quince días, para el proyecto de pintar y de vez en cuando el Inpojuve, que se ha acercado para iniciar un proyecto.

El Miji, reconoce que en ocasiones los mismos compañeros que están en su grupo se desilusionan y no creen en la autoridad, pues ni siquiera para balones para armar algún torneo deportivo les apoyan, y considera que deberían de ser incluyentes, que sus políticas públicas sean basadas en la necesidad de “la banda”, por ejemplo, la misma gente hizo menosprecio por un chavo banda que mataron recientemente, pero hicieron una manifestación por que mataron “unos perritos”, lo que demuestra, cabizbajo reconoce, la poca calidad humana que se vive en los tiempos actuales.

“Los chavos banda” ante la realidad

Lo que para muchos es casi una necesidad, para “la banda” inicia un despertar, con las nuevas tecnologías como el Internet, sufriendo una evolución, pues ahora, “todos están conectados”, dice el Miji, pero esto también es preocupante por la inseguridad, pues en los operativos son una acción de trabajo que “arrasa parejo”, lo que debería de ser más labores de prevención, las cuales, lamenta, no hay, pues ni siquiera existen más organizaciones que trabajen en las zonas de inseguridad.

La etiqueta que para la sociedad significa ser “pandillero”, “de la calle”, es parte de la forma de vida de ellos, pues todos ellos “son de barrio”, y a un chavo banda le cuesta porque suelen escuchar comentarios como “¿y si me roba o me asalta?” lo que es una clara discriminación, y en esa personalidad que tienen, dice “somos duros pero leales”, lo que muchos políticos no, y han demostrado que también saben cuidar a la sociedad.

El destino del movimiento

Sobre el futuro de su fraternidad y su movimiento, “El Miji” sueña como cualquier otro ser humano, su objetivo está puesto en Centro América hasta donde piensa llegar en bicicleta, “La idea es hacer un grito de existencia de América Latina pa´ hacernos sentir y ver que somos sujetos de derecho”, dice gustoso “El Miji”, y por el momento, en San Luis capital, buscará exponer directamente al alcalde, la injusta situación de aplicación de la ley a su amigo baleado y al mismo director de la policía, a fin de que se haga justicia y no encubra la autoridad a los dos policías responsables, “eso es todo, ya está”.

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