Matamoros, Tamaulipas.- La profesora Esthefay Gutiérrez, compartió el día lunes a través de sus redes sociales, que uno de sus alumnos la sorprendió en clases, ¡y le regaló un gallo de cumpleaños!
La docente asegura que se mostró sorprendida por el gesto, pero al mismo tiempo agradeció la acción ya que, según ella, acciones así la hacen amar su profesión.
“Hace días mis alumnos se informaron que dentro de poco festejaría mi cumpleaños por lo que uno de ellos se paró frente a mí y me comentó:
– Maestra, yo no tendré dinero para esa fecha pero quiero obsequiarle algo por adelantado pues tampoco estaré en mi casa para esas fechas. Yo sonreí y con un sentimiento que involucraba alegría y tristeza al mismo tiempo respondí, “que no era necesario el obsequio”, con su intención era más que suficiente.
Los días pasaron y el pequeño de nuevo buscó el momento y me dijo:
– Maestra le traje su regalo pero está escondido porque no quería que los demás maestros no me dejaran entrar con él a la escuela.
Sorprendida le dije: Muchísimas gracias, pero no era necesario el obsequio, a lo que responde, ¿puedo ir por él?, es que lo tengo escondido en la entrada y conteste que sí.
Después de unos minutos llegó con una caja de cartón en sus manos, perforada por un costado y un hilo la envolvía para dar firmeza al obsequio, me quedé sorprendida, y le pregunté:
¿Cómo le hiciste para traértelo?, pues había olvidado mencionar que el niño se trasladaba en bicicleta todos los días de su casa a la escuela y me respondió:
– Es un gallito maestra, escogí el más bonito que tenía para traérselo, no tengo dinero para comprarle nada, pero espero le gusten los gallos y no se preocupe busque con los vecinos quien me diera aventón a la escuela para poder traerle su regalo.
Entonces lo abracé y con mis ojos estrellados le di las gracias. Le agradecí no sólo porque ese día regresaría caminando a su casa, tampoco porque se tomó el tiempo de buscar la caja y prepararla para obsequiármela, tampoco por buscar entre sus vecinos a alguien que quisiera llevarlo a la escuela para poder llevar mi regalo, ni por el hecho de que escondió el detalle de los demás maestros sabiendo que nadie lo dejaría entrar con un gallo al salón… le agradecí también por recordarme por que elegí ser maestra, por que elegí estar aquí diariamente frente a un grupo de alumnos dando lo mejor cada día para que ellos sean mejores personas.
Gracias por recordarme por que amo mi profesión”, dijo.
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