Derivado de los correos «hackeados» por los activistas del grupo Guacamaya a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y puestos a disposición de diversos medios de comunicación, salieron a la luz las pretensiones de la dependencia de incorporar el avión presidencial a su flota para «uso militar».
El costoso avión, del caul el gobierno federal ha intentando deshacerse de todos los modos posibles, y que literalmente no ha salido «ni en rifa», terminaría siendo parte de las unidades al servicio de la Sedena de concretarse la propuesta militar.
Tras revelarse la «sugerencia» de la Secretaría de la Defensa, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció este martes que si existe la posibilidad de que una empresa turística que operaría el Ejército mexicano, incorpore a su flotilla al avión presidencial.
Sin embargo, la Sedena tiene otros planes, pues advirtió en agosto pasado que la explotación comercial de la aeronave provocaría un déficit financiero en la nueva empresa debido a los altos costos en los que se incurre por su mantenimiento y configuración.
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Ante la sugerencia de un uso comercial de la aeronave, los militares elaboraron un estudio costo-beneficio sobre el plan de usar el avión (modelo Boeing 787-8, matrícula FAM 3523) en una aerolínea del Estado mexicano, el cual no fue nada favorable.
Pues de acuerdo con comunicaciones entre la Sedena y la Secretaría de Hacienda reveladas tras la filtración de correos de la dependencia realizado por el grupo de hackers “Guacamaya”. los mandos castrenses estiman necesaria una «inyección» de 228 millones 244 mil pesos de inversión inicial para arrancar con los viajes turísticos.
Ya que la dependencia prevé un alto costo del boleto para que sea redituable dicha inversión. Sedena estima que por un viaje de una hora del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) a Guadalajara, se tendría que cobrar más de seis mil pesos por boleto, y que la ocupación debería ser del 100% para obtener rentabilidad.
Y agrega que el uso de la aeronave tiene “un alto riesgo de obtener resultados deficitarios (una hora de vuelo, aproximadamente 500 mil pesos)”, además de que su mantenimiento y capacitación cuestan aproximadamente 165 millones de pesos.
Lo que deja en claro que de explotarse comercialmente al avión presidencial, se generaría un déficit financiero que requeriría que la operación turística de la aeronave “sea subsidiada por el gobierno federal”.
Por lo cual concluye que, sería mejor que el avión “forme parte de la flota de la Fuerza Aérea Mexicana donde se le dé un empleo militar”, empleo que no se detalla, pero que tratándose de un avión de superlujo, no se espera que sea destinado a labores operativas, sino a necesidades de los «altos mandos».
Quiere Sedena avión presidencial para «uso militar»
Con Información de Agencias