Los fiscales generales de Estados Unidos y de México acordaron este jueves vía telefónica seguir trabajando para lograr la extradición del narcotraficante Rafael Caro Quintero a territorio estadounidense, informó el Departamento de Justicia.
Merrick Garland llamó a su homólogo mexicano, Alejandro Gertz Manero, para hablar de la extradición del también conocido como Narco de narcos, quien fue detenido la semana pasada en México.
Caro Quintero, de 69 años y uno de los líderes del extinto cártel de Guadalajara, es acusado de varios delitos, incluido el secuestro y asesinato del agente de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) Kiki Camarena, en 1985, debido a lo cual Washington ofrecía 20 millones de dólares por su captura.
Garland y Gertz Manero reafirmaron “su compromiso compartido de continuar trabajando al unísono en la extradición de Caro Quintero” y a continuar colaborando “en investigaciones criminales y enjuiciamientos de delitos transfronterizos”, según el comunicado.
Este lunes un juez federal de México frenó la extradición a Estados Unidos, con lo cual la solicitud deberá dirimirse en un juicio.
El capo fue capturado en 1985 por haber ordenado el asesinato de Camarena y condenado a 40 años de prisión, que cumplía en una cárcel mexicana hasta su liberación en agosto de 2013 por un tecnicismo legal.
Ríodoce entra a la vivienda #6, ahí vivía Caro Quintero
La captura de Rafael Caro Quintero el pasado viernes fue sin uso de la fuerza ni violencia. El capo no estaba solo, dos escoltas lo cuidaban, pero nada pudieron hacer para defenderlo. Los marinos los sometieron y desarmaron y luego se llevaron al narco de narcos caminando, hasta la vivienda número 6 que habitaba en el poblado de San Simón, en el municipio de Choix.
En la pequeña localidad serrana, que colinda con Chihuahua, conformada por apenas seis casas, Caro Quintero vivió sus últimos días en libertad en una vivienda construida recientemente, la última del caserío. El modesto domicilio consta de tres piezas: la habitación más grande y principal es la recámara, en donde está una cama King Size, dos almohadones, un taburete, dos buros y una cajonera con espejo de media luna. Esta refrigerada. Ahí dormía el capo de 69 años.
Cuando llegaron los marinos en los helicópteros Black Hawk la mañana del viernes 15 de julio a San Simón, Caro Quintero se encontraba en su casa. Y cuando oyó los rotores de las aeronaves salió huyendo y se ocultó en un huerto de aguacates, acompañado de los dos pistoleros que lo cuidaban, pero los marinos dieron con ellos.
De acuerdo con testimonios de residentes y civiles armados, el capo no opuso resistencia y sus guardaespaldas tampoco.
Él no pudo avanzar más hacia sierra arriba porque ya no era ágil y tenía dolencias en las rodillas.
Los testimonios recabados desde Yecorato hasta San Simón, en la parte alta de la sierra de Choix, establecen que tres helicópteros llegaron al lugar, y un cuarto sobrevoló durante toda la operación de la naval.
Uno bajó en un descampado y el comando avanzó a pie, sin correr, entre brechas y el arroyo que ocultaba el camino; otro grupo le llegó por la retaguardia.
Los marinos nunca hablaron con los residentes, a excepción de un rarámuri, a quien le destrozaron la casa con las ráfagas de viento provocados por las aspas de los helicópteros.
Luego de detener al capo y desarmar a sus escoltas, se llevaron a Caro Quintero de regreso a su casa, ahí revisaron todo. Luego se llevaron al capo en uno de los helicópteros lejos de la sierra, donde vivió huyendo durante años.
Con información de agencia AFP y diario Ríodoce
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