Guanajuato.- A 65 años y tres meses de prisión fue sentenciado el sacerdote católico Luis Esteban Zapala Rodríguez, al ser encontrado culpable de violación espuria calificada y corrupción de menores, cometidos contra una niña.
El religioso, era párroco de la iglesia Nuestras Señora de las la Soledad, ubicada en Irapuato y tras su sentencias purgará la sanción máxima establecida en el Código penal del estado.
Con su sentencia, se convierte en el tercer sacerdote que es procesado por delitos sexuales en contra de menores en la Diócesis de Irapuato, en menos de tres años.
Como se recordará en octubre del 2019, el Supremo Tribunal de Justicia del estado ratificó una sentencia de 90 años de prisión a Jorge Raúl Villegas, ex vocero de la arquidiócesis de León, quien había sido suspendido del ministerio en esa adscripción de la Iglesia católica por delitos sexuales en contra de menores en el colegio Atenas de Irapuato.
Asimismo, se le sigue proceso al sacerdote, Rubén Herrera Luna, acusado de violación en agravio de una menor, quien afrontará la audiencia intermedia previa al desahogo del juicio el próximo 10 de febrero.
En relación a la sentencia en contra del cura Zabala Rodríguez, esta fue dada a conocer por una jueza penal en audiencia efectuada este viernes.
Ahí, la jueza rechazó la solicitud de la Fiscalía de condenar al inculpado a 74 años (por varios delitos acumulados) y finalmente determinó una pena de 65 años y tres meses, así como multas y reparación del daño moral para la víctima y su familia.
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Mientras tanto, en un comunicado que difundió después de la audiencia de sentencia en el juzgado penal, la Diócesis de Irapuato expuso su postura por la condena al sacerdote Esteban Zavala.
Primero, se mostraron respetuosos de los procesos civiles de cualquier tipo y las decisiones que se toman en éstos, y aseguraron tener un compromiso “con la verdad, la justicia y la transparencia, así como con el respeto y la protección de cualquier persona, sin discriminación, particularmente con los niños, adolescentes y jóvenes, y con las personas vulnerables.
Por su parte, la Diócesis que encabeza el obispo Enrique Díaz, aseguró que asumen un compromiso de transparencia y tolerancia cero, e invitó a denunciar, aunque matizó su convocatoria: “no con especulaciones sino con las formalidades legales y ante las autoridades competentes”.
Sin embargo, en relación a la sentencia al sacerdote, dejó abierta la posibilidad de que sea apelada, como es derecho de las partes.
“Como Iglesia seguimos orando por el bien de los involucrados, pidiendo a Dios sane las heridas que esta situación haya causado y que dé la sabiduría a quienes tienen en sus manos la impartición de la justicia”, agrega el comunicado.
Con información de: Proceso
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