Cuando para los habitantes de la zona Tarahumara de Chihuahua aun está fresco el recuerdo de los clérigos baleados dentro de la iglesia de la comunidad de Cerocahui, nuevamente el terror se apoderó de los lugareños en el municipio de Guachochi cuando sicarios ametrallaron una capilla y arrojaron al lugar un cuerpo decapitado.
De acuerdo a los habitantes de la comunidad Santa Anita, donde se ubica la capilla atacada, el ataque ocurrió la tarde de ayer lunes, cuando el grupo de agresores dispararon contra el inmueble religioso centenares de balazos de fusiles de asalto.
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Hasta el momento, no se ha reportado que personas en el interior de la capilla hallan resultado lesionados, puesto que aparentemente se encontraba vacía, sin embargo, la fachada del lugar quedó dañada por los cientos de disparos que recibió.
El saldo hasta el momento se registra en los daños a la iglesia, a dos vehículos (uno de los cuales fue calcinada) y a la persona que fue encontrada decapitada y con lesiones de armas de fuego en el exterior del recinto religioso.
El cadáver vestía uniforme de tipo militar, por lo cual se presume que sería elemento de algún grupo rival de quienes perpetraron el ataque, su cabeza fue encontrada a unos metros del cuerpo.
Tras la retirada del grupo armado, en el lugar se localizaron cientos de casquillos percutidos de calibre 7.62×39, el utilizado por poderosos fusiles de asalto como el AK-47 o el G3 Heckler and Koch.
Los habitantes del lugar mostraron su temor ante la impunidad de los ataques, pues hasta el momento ninguna autoridad se ha manifestado por estos hechos.
Javier Ávila, popular sacerdote de la Compañía de Jesús en la Zona de la Tarahumara, arremetió contra el “descaro” del crimen organizado por el ataque con por lo menos 700 disparos contra una capilla.
En una entrevista con un conocido periodista, el padre “Pato” Ávila confesó que tras el tiroteo “la gente está apanicada” y se dijo preocupado “por lo que viene más adelante”. Qué chistoso, cómo de veras, cada que vienen elecciones esto se incrementa más”, advirtió.
Lamentó que anteriormente los delincuentes respetaban al pueblo para matarse “casi en lo oscurito”, pero que ahora ya salen armados a la calle sin importarles nada ni nadie.
El religioso reconoció que “Esto hace años que está” pero agregó que “Antes se respetaba mutuamente a las personas, se respetaban los lugares sagrados, y la novedad ahora es que ya se metieron a profanaciones”.
El sacerdote se dijo preocupado de que el crimen organizado ya haya perdido el respeto hasta a Dios, “Ya no hay lugares prohibidos, en todas partes está el crimen organizado”, criticó.
También sentenció que sin importar el interés y mensaje del crimen organizado para rafaguear una capilla y arrojar un cuerpo decapitado frente a una iglesia, la Compañía de Jesús continuará con su labor en la Zona de la Tarahumara.
Sicarios siembran el terror en capilla de Chihuahua
Con Información de Agencias
