El despiadado consumo del recurso natural mas importante, ha propiciado el surgimiento en el estado de Tamaulipas de un grupo de autodefensas del agua, formado por ejidatarios quienes denunciaron un «huachicoleo» del rio Guayalejo.
Estas autodefensas, integradas por ejidatarios de nueve poblados ejidales, se inconformaron por el abuso del consumo por parte productores agrícolas y habitantes de las ciudades grandes, la cual se ha visto agravada por la fuerte sequía de este año.
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Apenas hace unos días, fue noticia de primera plana el desabasto del preciado recurso liquido en las urbes del vecino estado de Nuevo León, cuya capital se ubica a penas a cinco horas de donde los ejidatarios se han apostado para defender el río Guayalejo.
Es un lugar conocido como “Charco azul” en Jaumave, municipio que se ubica a 30 minutos de la Victoria, también afectada por la escasez de agua; El comisario responsable de usuarios de uso común en Jaumave, Pedro Cesar Luna Reyes, acusó a un productor de limón del ejido Gustavo Cázares de robare el agua.
Luna Reyes asegura que esta persona, quien rentó parte de esa tierra para la siembra de cítricos, extrae el agua sin el permiso respectivo, lo cual afecta a las comunidades ejidales de José María Morelos o el Nopal, San Lorencito, Gustavo Cázares, Alamito, Padrón y Juárez, Jaumave, el Ingenio y Matías García.
Los defensores del agua de esta zona, la mayoría pequeños productores que dependen del río Guayalejo, se lanzaron contra la delegación de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en Tamaulipas, a quienes acusaron de permitir el «huachicoleo» del rio a el particular acusado.
Esto a pesar de que el volumen de agua no es suficiente para cubrir las necesidades de la zona, lo cual es de pleno conocimiento de la dependencia, y lo cual ha causado pérdidas económicas que han estimado en 45 millones de pesos.
Consultados sobre lo que denominaron como «huachicoleo» del rio, los ejidatarios organizados explicaron que este se opera por medio de bombas y tubería, que el productor de limón, curiosamente de nombre Pascual Orozco, colocó en el río Guayalejo.
La cual se traslada, -continuaron- a dos represas construidas sin permiso entre los plantíos de limones. Dicha situación permite almacenar líquido sin supervisión. Las represas afectan río abajo, dejando sin agua a los ejidos San Vicente y Salamanca.
El comisario detalló que “Ahí tienen una represa que no debe de estar, y río abajo a unos 400 metros tienen otra represa que no debe de estar y de ahí bombean agua para regar unas tierras que le rentaron al ejido Jaumave, y más abajo tienen otra bomba con las que riegan las tierras de Pascual Orozco” .
Con Información de Agencias
Esta entrada fue modificada por última vez en jueves, 31 de marzo, 2022
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