El Presidente Andrés Manuel López Obrador hizo una puntual defensa de su postura al establecer: “nosotros también, estamos decepcionados con el trabajo de la DEA”.
Asimismo, mantiene su postura firme ante el caso de Salvador Cienfuegos, a pesar de las duras críticas que ya surgieron desde Estados Unidos: insiste en que el expediente no tiene sustento y por eso se dio a conocer, respondiendo también que el gobierno de EU entiende que “no se puede poner en entredicho la credibilidad de un gobierno”.
Desde Palacio Nacional, este lunes el presidente respondió a los mensajes estadounidenses. El primero, fue sobre la advertencia de que podrían reabrir el caso del general: “Ellos hablan de reabrir el expediente, pues adelante. Nosotros tenemos constancia de que enviaron todo, pero si aparecieran nuevas cosas, adelante”.
Otra de las respuestas sobre el cuestionamiento a la apertura del expediente: “Ellos saben que no se puede poner en entredicho la credibilidad de un gobierno. Ellos no aceptarían eso y tampoco nosotros. No es posible que se lleve a cabo una investigación con tanta irresponsabilidad sin sustento y nos quedemos callados”.
Aunque matizó asegurando que había comprensión por parte de la administración estadounidense. “Eso lo han entendido en el gobierno de Estados Unidos, quienes están rasgándose las vestiduras son los conservadores de aquí. Algunos expertos que hasta parecen agentes de organismos extranjeros. Pero actuamos bien y esto no afecta las relaciones”.
El fin de semana, la reacción del Departamento de Justicia no tardó en mostrar su postura, aunque cabe recalcar que no fue por vías institucionales. Las declaraciones de un portavoz fueron lanzadas a través de la prensa a través de la portavoz de dicha institución, asegurando que existe una “profunda decepción” ante la exoneración del extitular de Sedena.
En ese sentido, López Obrador refutó: “Ojalá lo piensen bien porque nosotros podríamos decir lo mismo, que estamos decepcionados con el trabajo de la DEA”.
El pronunciamiento de Justicia, también fue en contra de la publicación que hizo México sobre la información que la DEA compartió con México, pero el mandatario mexicano justificó que esta acción, aunque fue inédita, fue “ética porque así dictaban las circunstancias”.
Explicó que estaba de por medio el prestigio de México. “Ningún grupo, ni gobierno extranjero puede socavar la dignidad y el prestigio de la nación”. Insistió que el expediente debía hacerse público para mostrar que “se fabricó un delito”.
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