Ciudad de México.- «Te acostumbras a viajar con miedo», dice uno de los muchos testimonios de ciudadanos que viajan en combi, tanto en el estado de México como en la CDMX, «con el Jesús en la boca».
“No traigo celular. ¡Me asaltaron la semana pasada aquí mismo!”, respondió Karina al delincuente que en ese momento le apuntaba con una pistola durante un robo con violencia a bordo de un camión urbano. Un cúmulo de sensaciones, nervios, coraje, temor e impotencia, revoloteaban en el estómago de la víctima, pues había reconocido esa agresiva voz que le exigía su móvil: era el mismo hombre que justo una semana antes la había despojado de sus pertenencias. A la misma hora, en la misma ruta y en el mismo lugar.
En México se denunciaron durante 2018 un total 14 mil 127 robos a bordo del transporte público colectivo, de los cuales 11 mil 930 fueron con violencia, es decir el 84.44 por ciento.
Los asaltos en transporte público colectivo crecieron a nivel nacional al menos un 33.12 por ciento durante el primer bimestre de 2019 –que reportó un total de 2 mil 375 robos violentos– en comparación con el mismo periodo del año anterior, que fueron 1 mil 784.
Los atracos no sólo son mayores en número sino que cada son vez más violentos, coincidieron usuarios de transporte entrevistados por SinEmbargo.
“Desgraciadamente el asaltante va con la adrenalina de ‘es su vida o la de nosotros’. Ellos creen que inculcando más terror les vamos a dar más [cosas de valor] y por eso se ha incrementado la violencia”, opinó Emanuel de Valle, quien todos los días viaja del Estado de México a la Ciudad de México para trabajar y ha sido víctima de asaltos en microbuses y robos en el Metro.
Adriana, una joven estudiante de Ecatepec, coincidió: “Sí ha subido la violencia en los asaltos porque antes se subían y te amedrentaban nada más, pero ahora han herido o matado”.
El Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC) urgió en días pasados a las autoridades capitalinas a poner orden en el transporte público ante los focos rojos que ha encendido este tema en la Ciudad de México y Estado de México.
“Nuestro transporte público es peligroso, necesitamos poner orden en el transporte”, expresó Francisco Rivas, director de la organización civil.
La tendencia anual del robo con violencia a camiones de pasajeros aún es incierta puesto que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) comenzó a desagregar las cifras y reportar los robos a colectivos a partir del 2018. Además, este delito muestra una alta cifra negra en denuncias.
Karina Pérez sonríe con ironía mientras mueve sutilmente su cabeza de un lado a otro. Luego, su mirada se endurece y aprieta los dientes. “Parece chiste, pero no lo es”, dice al relatar que en mayo de 2018 fue asaltada dos veces en la misma ruta de camión, la que circula de Villa de Aragón hasta avenida Ceylán, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, en la capital del país.
La joven explicó que todos los días tomaba el camión en la parada del Metro Talismán, alrededor de las 5 de la mañana para acudir a su trabajo.
Un miércoles del mes de mayo de 2018, cuando el vehículo circulaba a la altura de Calzada de Guadalupe, cuatro hombres altos, morenos y robustos se levantaron abruptamente de sus asientos, sacaron una pistola y amagaron a los pasajeros:
“Ya valió madres hijos de la chingada, saquen celulares y carteras”, gritó el delincuente que se encontraba frente al camión. Otros dos estaban en medio del vehículo y uno más atrás.
Las personas de inmediato alistaron sus celulares y monederos. El hombre de enfrente amenazaba a los pasajeros, entre ellos Karina, quien había sido atracada en la misma ruta de camión una semana antes.
Entre el temor, la tensión y la impotencia, la joven reconoció la voz. “Era el mismo delincuente, eran los mismos ¡asaltantes!”, aseguró. “No traigo celular, ¡me asaltaron la semana pasada aquí mismo y me quitaron el celular!”, recordó Karina que le contestó al hombre.
“¡Levántate!”, le ordenó el criminal.
Karina se paró del asiento y abrió su bolso, el criminal lo revisó y al no encontrar nada siguió con el pasajero de enfrente, a quien le pegó con su arma en la cabeza porque el hombre se resistía a entregar su celular.
“En ese camión había otra pasajera que estaba diciendo que una semana antes también la había asaltado. No dudo que hubiera sido en los mismos días que me asaltaron a mí”, agregó Karina.
Eustolia Salazar, una habitante del pueblo San Pedro Xalostoc, en Ecatepec, Estado de México, ha sido víctima de asalto en el transporte público tantas veces que ya hasta perdió la cuenta, según contó.
“En el último asalto me pusieron la pistola en cabeza. Subieron los asaltantes y nos quitaron todo. Fue como a las 8:30 de la noche en la zona conocida como El Chapulín, en la Ruta 76”, narró la mexiquense, quien comentó que en el transporte la gente viaja “con el Jesús en la boca”.
Carlos, un adulto mayor, también del Estado de México, señaló que lo han asaltado al menos cinco veces en un año, principalmente al utilizar la ruta “Carretera 76”.
“Y usted viejo, ¿qué trae?”, recordó el hombre que le dijeron los criminales durante el atraco. “A mí me quitaron mi celular, ya por eso ya no ni compro, ¿para qué? El reloj igual, reloj que me llega, reloj que se lo llevan”, agregó.
Adriana radica en Ecatepec, Estado de México, y se traslada con regularidad hacia Indios Verdes, San Cristóbal, Chiconautla y Tizayuca. Ha sido víctima del robo con violencia al menos tres ocasiones.
La joven describió que los delincuentes se suben en parejas. “Si es transporte grande, se sube uno adelante y otro atrás. Luego esperan a que el camión se llene y cuando se llena se paran los dos, uno con pistola y otro a lo mejor trae un arma blanca”, describió.
También relató que los atracos se comenten de forma muy agresiva. “Dicen groserías, incluso hay personas a las que sí les toca ser golpeadas. Ah y todavía se ponen exigentes con los celulares: si tienes un celular básico te dicen: ’No, toma tu chingadera, esto no me sirve’, o te esculcan hasta que sale otro celular. Te sacan todo de la bolsa; ven qué les sirve y si no les sirve nada, te pendejean, te dicen cosas”, platicó.
Los pasajeros no pueden voltear a ver a los asaltantes, agregó Adriana, porque si lo hacen son atacados: “A mí ya me tocó un botellazo en la nariz”.
Emanuel del Valle, un ciudadano de Nextlalpan, Estado de México, trabaja en la Ciudad de México y también ha sido víctima de la delincuencia. Utiliza las rutas que van por la autopista mexiquense y la México-Pachuca.
“Los robos han sido frecuentes, en seis meses he sido víctima en tres asaltos”, platicó el mexiquense.
El ciudadano comentó que los ladrones suelen ser más agresivos con las personas que intentan poner resistencia: “Desgraciadamente cuando la gente se esconde cosas, los jalan de los cabellos, los golpean con las armas, sabemos que hasta han matado. Cada uno teme por su vida porque les des o no les des no están conformes, y con tal de conservar tu vida o tu integridad das todo”, comentó.
Al menos 3 mil 777 robos en transporte colectivo se denunciaron en enero y febrero del presente año, de los cuales 2 mil 375 fueron con violencia; es decir, el 62.88 por ciento.
El Estado de México y la Ciudad de México concentran el 93.76 por ciento de los asaltos violentos en transporte público colectivo reportados: 1 mil 502 ocurrieron en el Estado de México, 63.36 por ciento, y 725 en la Ciudad de México, 30.52 por ciento.
A nivel nacional, el resto de los asaltos son reportados en Puebla, con 48; Oaxaca, 27; Michoacán y Querétaro reportan 12; Morelos, 11; 8 en Nuevo León; Quintana Roo, 7; Hidalgo, 5; Baja California, 4; San Luis Potosí, Chiapas, y Guerrero, reportan 3 cada uno; 2 en Sinaloa, y Tlaxcala y Zacatecas reportan 1.
Las demás entidades federativas no reportan robos con violencia en el transporte público, incluso estados con altos índices de violencia como Guanajuato, Jalisco, Tamaulipas, Veracruz y Chihuahua, no muestran datos, ni reportan ni un solo atraco.
El pasado 18 de diciembre de 2018, los gobiernos de la Ciudad de México, del Estado de México y la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana federal (SSPC), anunciaron estrategias tripartitas para combatir la inseguridad y delincuencia en la Zona Metropolitana.
En una conferencia de prensa, las autoridades indicaron que la estrategia de seguridad consistía en mayor presencia policiaca en municipios que registran altos índices delincuenciales, como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Chalco, Tlalnepantla o Valle de Chalco.
El Secretario federal de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, dijo que una de las estrategias a realizar es la conformación de un grupo de trabajo que encabezarán titulares de instituciones de seguridad de cada Gobierno y que estará a cargo de las estrategias que se llevarán a cabo para mejorar la seguridad en esta zona metropolitana.
Se estima que al menos 15.63 millones de personas realiza mínimo un viaje en transporte público entre la Ciudad de México y Estado de México en un día entre semana –lunes a viernes–, y de esos 15.6 millones, al menos 3 de cada 4 usa el servicio de microbús o combi, de acuerdo a la Encuesta de Origen-Destino en Hogares de la Zona Metropolitana del Valle de México (EOD) 2017, del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
En los municipios conurbados se utiliza un colectivo en 4 de cada 5 viajes en transporte público, mientras que en la Ciudad de México el Sistema de Transporte Metro está en el segundo lugar en frecuencia de uso, de acuerdo a los datos oficiales.
Los horarios de mayor riesgo son entre las 5 y las 7 de la mañana cuando los ciudadanos se dirigen a sus empleos, y en las noches desde las 8 pm hasta las 00:00 horas, cuando van de regreso a casa, coincidieron víctimas del delito.
“En las mañanas es la hora que trabajan esos delincuentes”, comentó el señor Carlos.
“De las 6 de la mañana cuando nos dirigimos al Metro y en las noches cuando salimos (del trabajo). Ya se da en casi todos los tramos, hasta en la colonia donde vivo”, dijo Emanuel.
Para Adriana ya no hay un horario establecido “antes era mayor en la mañana, pero ahora puede ser a cualquier hora del día. Ya no hay horario, a mí me ha tocado en todas las horas”.
Las rutas que se consideran con mayor incidencia son, concordaron los entrevistados, la carretera México–Pachuca, Coacalco-Ecatepec, Tenancingo-Toluca, Toluca-Ciudad Altamirano, Tlacotepec-Toluca-Centro.
“Dependiendo de las rutas, los asaltantes tienen ubicado los puntos donde subirse, principalmente en donde hay lotes baldíos o despoblado”, comentó Adriana, una de las entrevistadas.
Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano, recordó que las zonas donde colindan el Estado de México y Ciudad de México son los lugares con mayor número de casos y “donde vemos asaltos que terminan en homicidios en el caso de resistencia o incluso por impericia del mismo delincuente”.
La investigación Radiografía del Robo violento en el Transporte Público, realizada por México Evalúa, muestra que en la Ciudad de México, las zonas de mayor incidencia son en la Calzada Ignacio Zaragoza, que divide la zona oriente de la Ciudad de México y el municipio de Nezahualcóyotl y en los trayectos de Eje 1 Oriente (FFCC Hidalgo) de San Juan de Aragón y Periférico; Eje 3 Oriente (Francisco del Paso y Troncoso) en el trayecto del Eje 4 sur al Eje 4 oriente; Avenida Universidad, en el trayecto de Canal de San Juan a Benito S. Zenea; el cruce de Anillo Periférico y Ermita Iztapalapa y el cruce de Marina Nacional y México-Tacuba.
Radicar en el Estado de México y viajar en su transporte colectivo es literalmente vivir con el temor de que salgas de tu casa y ya no regreses con vida, coincidieron usuarios del transporte.
“Una está muy nerviosa, se sube uno al camión con miedo de lo que pueda pasar porque sí han matado a gente en los micros”, platicó la señora Eustolia.
“Aprendes a vivir con miedo. Te acostumbras”, comentó la joven Angélica.
Mientras que Emanuel detalló que “el temor se ha manejado desde hace mucho, ha sido parte ya de la vida de nosotros. Ahora vives con precauciones extremas, tanto que no traes reloj, una cadena de oro, no traes billetes, traes el poco cambio que puedas ir cargando, celulares viejitos, haces lo posible por mantenerte al margen para que no te quiten lo que con tanto trabajo te ganas y sí creo que cambias tu estilo de vida, no vives tranquilo, te cuidas de todo mundo”.
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