A menos de un mes de las elecciones, las campañas electorales han tomado un camino inesperado que podría tener efectos determinantes para el corto y mediano plazo. La proyección de los números, que será al fin y al cabo lo que defina el 6 de junio, está generando cierto nerviosismo en Morena y la 4T. Y esas proyecciones ponen incluso en entredicho el principal acuerdo político del estado, que es el que tiene el gobernador Carlos Joaquín y la cúpula morenista, para repartirse la elección sin grandes problemas.
No es que haya un desacuerdo entre las partes, o al menos no un desacuerdo explícito, sino que la misma dinámica de la campaña comienza a poner en entredicho lo que se ha pactado.
El acuerdo básico, según se entendía en ambos bandos, era que la 4T se llevaría sin problemas los 4 Distritos Electorales federales, que es lo más importante para el presidente Andrés Manuel López Obrador, y Cancún, mientras que Morena dejaría libre Solidaridad, donde el gobernador ha puesto toda su atención. En el resto del estado, cada quien atiende su juego.
Pero lo que sucede es que lo que se pacta en una mesa no siempre es posible aplicarlo en las calles. El caso de Solidaridad es paradigmático. La candidata de Morena, Laura Beristain, está sola y tiene problemas. Pero esa, que podría ser una buena noticia para el joaquinismo, no lo es en realidad.
Si bien en ese grupo tienen confianza en que a la larga Lili Campos va a lograr imponerse en la elección, tienen muy claro que si no desactivan el poderoso y profundo lopezobradorismo del municipio, Laura les puede ganar.
Hay zonas, como la populosa Villas del Sol, donde es imperioso separar la imagen de Laura de la de AMLO. Si no lo logran, el voto lopezobradorista podría volver a hacer ganar a Laura.
Entonces ¿el acuerdo para que el joaquinismo se quede con Solidaridad se ha caído? No formalmente. La orden de que no haya apoyo a Laura Beristain sigue firme, pero aun así eso no garantiza que Lili Campos gane la elección.
Una situación similar sucede en los distritos electorales federales, fundamentalmente en el 1 y el 2. Justamente, cuando se empiezan a analizar los números de las elecciones municipales, en Morena se dan cuenta de que si no hay un voto masivo de apoyo a AMLO, específicamente, los distritos podrían perderse.
El Distrito 2, con cabecera en Chetumal, tiene la candidatura más débil de la 4T, que es la de Anahí González. En Morena analizan los números de la elección a alcaldes, y consideran que entre Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y Bacalar, van a quedar unos seis mil votos abajo de la alianza joaquinista.
Y si bien saben que esos números podrían darse vuelta en Othíon P. Blanco, la nula relación entre Anahí y Luis Gamero les hace pensar que la primera no va a tener los mismos votos que el candidato a presidente municipal; podría darse el escenario de un voto cruzado. Y si es así, Anahí va a perder la elección.
En el caso del Distrito 1, con cabecera en Playa del Carmen, es similar. Aún si Morena gana Isla Mujeres y Tulum, y hace una buena elección en Lázaro Cárdenas, la probable derrota en Solidaridad, y la casi segura derrota en Cozumel, dejarían al joaquinismo con una leve ventaja en el distrito.
La otra versión sobre esto también parte del mismo morenismo. Un sector del partido reconoce que existen esos problemas, pero cree que el lopezobradorismo es muy fuerte en el estado, y que específicamente en la elección federal el voto por AMLO será masivo. En ese sentido, creen que la polarización política y los ataques de la derecha contra el presidente, ayudan a la campaña de sus candidatos a diputado.
Los que piensan así dicen que aun perdiendo los municipios, se van a ganar los 4 distritos.
Si la 4T gana esos distritos y Cancún, podría darse el caso de una tersa y muy adelantada sucesión gubernamental en el estado. Si no gana todo, habrá que analizar de nuevo el escenario, porque las cosas podrían cambiar.
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