Interface: La hora cero de Cancún.- La música que invitaba a la locura e inspiraba diversión ha sido reemplazada por un compás de silencio que desata tristeza, nostalgia y mucha añoranza. Las imágenes de bellas mujeres con bikinis de colores siendo arropadas por el Sol que marca desde siempre al caribe mexicano, han sido cambiadas abruptamente por camastros vacíos y playas sin alma.
Y Así, de golpe, Cancún no es Cancún.
En el Bulevar Kukulcan las palmeras evocan al recuerdo junto con la avenida más importante de lo que hasta hace un 20 días se conocía como el principal destino turístico del país.
El primer cuadro de la ciudad luce desierto y más terrorífico que antes, puesto que desde tiempo atrás muchos negocios en la avenida Tulum ya habían cerrado sus puertas. Aun así, el golpe de vista es desconcertante
Ni el Crucero de la ciudad se ha salvado del giro abrupto. El bullicio, el constante andar de personas, los gritos y reclamos e incluso hasta la delincuencia, han sido borrados de una de las zonas más emblemáticas y suigeneris del destino.
A Cancún le llegó la hora cero. Fue silenciado. Y acribillado en materia turística por un virus que ha recordado que, a pesar de tanta tecnología, tanto avance científico el ser humano de manera cíclica, es puesto a prueba
Al sol de hoy no existe esa disyuntiva de querer ir o no a la playa. Ahora, lo que existe es una restricción. Todo ha cambiado de manera drástica que no se ha dejado ni el paso a la sorpresa
Dentro de los titulares nacionales Cancún en plena semana santa aparece como una de las cinco ciudades con mayor contagio de Covid 19. La historia está completamente alejada a aquellas noticias que daban cuenta sobre la temporada vacacional de primavera
El aislamiento social ha trastocado a los cancunenses de tal manera que las redes sociales, con todo y sus bemoles, se han convertido en un desahogo; en un sitio que no conoce tregua en estos momentos
Al final se espera que termine, que pase lo antes posible. El deseo de regresar a la normalidad solo es superado por la ansiedad que se vive desde que amanece. Todos quieren de regreso al paraíso. No pueden esperar
Sin embargo, ahora no depende de la ciencia, la tecnología o de un gobierno ese retorno. Depende de cada habitante que se comprometa a la disciplina que hoy más que nunca está siendo puesta a prueba
Por eso Cancún le hace un llamado a sus cancunenses. Es un grito de desesperación por acatar el confinamiento, mientras el silencio de espera sigue siendo el principal sonido en estos momentos
Interface: La hora cero de Cancún
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