Opinión

La estrategia de debilitar a Mara

Pasado el 6 de junio, con sus resultados muy contundentes a favor de Morena y la 4T, uno de los principales temas que van a surgir ahora, es que varios de los acuerdos de civilidad que se hicieron, por llamarlos de alguna manera, que se habían realizado entre varios actores políticos, han quedado sin efecto.

Uno de esos principales acuerdos fue en algún momento el que se hizo entre una gran mayoría de actores políticos de Morena, en aquel momento, en contra de Marybel Villegas. Ese acuerdo incluyó también, por supuesto, al gobernador Carlos Joaquín.

Como dijimos, ya con los resultados del 6 de junio cerrados, en la inteligencia de que Mara Lezama es la figura política que salió más fortalecida de todo eso, y con la idea de que Marybel ya no tiene posibilidad alguna de pelear por la gubernatura en 2022, se genera una paradoja interesante:

Y esa paradoja es que la casi desaparición política de la senadora de cara a 2022, hace que la alcaldesa de Cancún sea más débil ante sus adversarios.

¿Por qué? Porque ahora se puede atacar sin piedad a Mara, para debilitarla, pero sin temor a que esa debilidad fortalezca a Marybel, porque Marybel ya no es viable como opción política.

En donde se han instalado mayores expectativas de que algo así pudiera suceder es en la relación entre Carlos Joaquín y Mara Lezama. No hay dudas de que el mandatario estatal de alguna manera apoya el proyecto de Mara, pero tampoco la hay, al menos en el entorno de Mara, de que más temprano que tarde habrá una andanada de parte del estado en su contra para intentar debilitarla.

¿Por qué el gobernador atacaría a Mara? Para debilitarla lo suficiente hasta que el acuerdo de transición y gobernabilidad entre ambos vuelva a estar más equilibrado. Hoy, debe decirse, no lo está, y eso no le gusta al joaquinismo, porque a como está el escenario electoral hoy, la posibilidad de obtener concesiones transexenales se achican considerablemente.

Luego, están los otros enemigos de Mara, sobre todos los propios de la 4T. Allí sobresale -por supuesto- Marybel Villegas, que aunque no tenga chance para 2022, intentará jugar sus últimas cartas, y una Mara débil convendría a sus intereses.

En lo que respecta a la senadora y su situación política, en algún momento de los próximos meses Marybel jugará su última carta electoral con la consulta popular de Aguakan. Esa consulta debe realizarse, porque ya está aprobada de manera inatacable, es una creación de la senadora, y será su último momento estelar antes de 2022. Es, literalmente, su última chance de participar del futuro político inmediato del estado.

Pero, como ya dijimos, su situación es muy difícil. La senadora ya fue al PT a decirles que quiere ser gobernadora, pero no recibió más que evasivas. Lo que sucede es que su nombre está ligado a una decisión muy fuerte: mientras Mario Delgado sea presidente de Morena, es casi imposible (no hay imposibles absolutos en política) que ella tenga un lugar en el partido.

¿Se animaría entonces a buscar su propio proyecto por Fuerza por México? Podría ser. Pero si no le alcanza, cumplirá la misma función paradójica que Isaac Janix el 6 de junio: en esa elección Janix fue el principal opositor a Mara, y también el principal factor que la hizo ganar al dividir el voto opositor contra la alcaldesa.

Ahí las dos grandes paradojas políticas de este momento: la desaparición política de Marybel, de algún modo debilita a Mara, pero otra parte si Marybel renaciera por fuera de Morena, podría convertirse en el factor electoral fundamental que haga a Mara gobernadora de este estado.

Como dice el dicho, uno nunca sabe para quién trabaja.

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Esta entrada fue modificada por última vez en lunes, 9 de agosto, 2021

Hugo Martoccia

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Hugo Martoccia