Una sentencia de la Sala Superior del TEPJF para forzar la paridad de género en el Congreso de la Unión, dejó al descubierto, sin querer, la enorme influencia política que el líder nacional del Partido Verde, Jorge Emilio González Martínez, tiene en Quintana Roo.
La modificación que los magistrados ordenaron para que haya paridad de 250 diputados por cada género, propició que ingresara de última hora Santy Montemayor como diputada del Verde Ecologista, y así este partido quedara con tres diputados federales en el estado, y Morena sólo con dos. El dato es en sí mismo una revelación: para Quintana Roo, el Partido Verde es su mayor representación en la Cámara de Diputados.
Aunque en la pasada elección del 6 de junio Morena aportó 3 de cada 4 votos de la coalición Juntos Hacemos Historia, sólo tendrá el 40% de los diputados federales quintanarroenses. ¿Por qué puede suceder algo así? ¿Morena no sabe negociar? No, no es eso. Es una cuestión de acuerdos políticos. Mejores o peores, pero sólidos acuerdos al fin.
Y vamos a tratar de explicarlos.
En septiembre de 2018, cuando asumió la LXIV Legislatura Federal, Morena llegó con 247 diputados. Le faltaban 4 para lograr la mayoría absoluta y tener el control de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) por los tres años. Ese control era oro puro, y esos diputados que faltaban se los dio el Verde Ecologista, cuando 5 diputados de ese partido se pasaron a Morena.
Un dato no menor es que en ese grupo de diputados verde ecologistas que se convirtieron en morenos estaba Ana Patricia Peralta de la Peña, más conocida como Ana Paty Peralta, la suplente de Mara Lezama en el próximo Ayuntamiento de Benito Juárez. Ese ayuntamiento también tendrá un síndico verde: Pablo Bustamante.
Esos datos son muy relevantes por varios aspectos, pero hay uno fundamental y que parece que increíblemente a veces se escapa a la hora de los análisis políticos locales: Jorge Emilio no le entregó esos diputados a Morena porque estaba enamorado de las ideas de la 4T. Lo hizo porque, por tercer sexenio consecutivo, quería ser aliado del poder de turno. Y, en este caso, contaba con un instrumento de negociación poderosísimo: el control total de la Cámara para Morena.
Entonces, cuando Jorge Emilio comenzó a cobrar su apoyo a Morena en San Lázaro, su moneda de cambio fue en gran parte Quintana Roo. Los tres diputados federales y la enorme influencia en Benito Juárez es parte de ese acuerdo.
La historia de cómo se inscribió el nombre de Ana Paty en la planilla es en sí toda una demostración de hasta dónde llegan los acuerdos que aquí se han intentado explicar. Hasta minutos antes de presentar esa planilla ante el Ieqroo, estaba inscrita Anahí González como suplente de Mara. De repente, llegó una orden de anotar el nombre de Ana Paty. Como ya se explicó, no fue una opción ni una sugerencia, sino una orden, y esa fue la planilla que llegó al Ieqroo.
En aquel momento eso generó alguna rispidez entre Mara y el Verde, pero luego se pusieron sobre la mesa las diferencias, y todo siguió su rumbo. Sin embargo, una vez superada la campaña, el problema es ahora el futuro. Mara ha dicho, una y otra vez, que la administración que viene va a ser más Morena y menos ciudadana, y que va a ser suya hasta el último día del trienio, aunque ella se vaya para ser gobernadora.
En un contexto ganador, nadie espera un conflicto entre ellos, pero hay dudas cual será el poder del verde ecologista en el próximo sexenio.
Y ese es quizá el punto central y más importante de todo lo que viene. ¿Hasta dónde llegará la influencia y el poder de Jorge Emilio? Nadie lo sabe realmente. El líder verde ecologista tiene tentáculos políticos en todas las mesas donde se deciden cosas importantes en México. Y, al menos hasta hoy, su lugar predilecto para negociar con la 4T es Quintana Roo.
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