La ciudadanía votó y decidió el pasado domingo y seguimos analizando e interpretando lo que expresó en las urnas.
En primer lugar, me quedo con la apertura de espacios para las mujeres en este país y en nuestro propio estado:
- 6 gobernadoras ganadoras virtuales, que se unen a 2 que ya están gobernando.
- Y 7 presidentas municipales a todo lo largo y ancho de Quintana Roo.
Eso significa un gran avance en posiciones políticas para el género femenino.
Se ha hecho un gran esfuerzo consciente a nivel legal para garantizar la igualdad para las mujeres. Ese viejo dicho muy masculino que escuché varias veces pronunciar a algunos figurones locales: “en política no se cede el paso, ni por caballerosidad, ni para dejar pasar a una mujer” parece ir quedando atrás. Se han ido abriendo paso y la sociedad está cambiando a pesar de esas mentalidades arcaicas.
Hace tan solo 2 años, el 6 de junio de 2019, se elevó a rango constitucional la paridad de género en todos los cargos de decisión, el 50/50 se convirtió en real, forzoso, legal, porque de otra forma no se pudo lograr ese reconocimiento que debería darse con naturalidad.
Por otro lado, las ofensas y las amenazas consideradas violencia política contra la mujer, elevada también a ley, tumbó a dos candidatos a presidentes municipales en Othón P. Blanco y Benito Juárez. De ese tamaño es, va en serio.
Las mujeres que votan cada día van empujando más, antes los candidatos varones eran considerados por su encanto y guapura y sus votantes mujeres parecían ser influidas por eso y rechazaban votar por una mujer… las nuevas generaciones de mujeres piensan diferente y lo están demostrando.
Las mujeres que son votadas, electas por otras mujeres, más el voto de ciudadanos hombres, deben estar conscientes de las expectativas que generan, tienen la responsabilidad de representar con responsabilidad al género femenino. Recordemos los movimientos contra los feminicidios y pro aborto ocurridos en los pasados 15 meses aquí: 11M, 9N y la toma de la sede del Congreso.
Y puntualizo aquí que es un gran avance en posiciones políticas, aunque aún falta ver como asumirán sus encargos, falta ver que tanto hemos avanzado ante esta oportunidad: serán mujeres que impulsen la democratización? La sororidad, sumar a otras mujeres en armonía? Tendrán la autoridad para poner un freno a la delincuencia y la corrupción? Impulsarán la libertad sexual y la no discriminación? Lograrán sumar a todos y todas para llevar a mejor la economía y el empleo? Crearán grandes proyectos que hermoseen nuestras ciudades y nos permitan vivir mejor? Las cualidades femeninas dan para eso y más. Si lo logran, los espacios en política para mujeres crecerán, pasaremos al siguiente nivel.
Si las mujeres que llegan en este 2021 a cargos públicos en esta recién estrenada paridad, se pasan de inocentes y son manipulables, o en el otro extremo no son conciliadoras, se convierten en divas intransigentes y autoritarias, no habrá verdadero avance para nadie.
Dicen las feministas que las mujeres no deberíamos tener que demostrar nada. Que debemos tener un lugar solo por existir y eso está bien en cuestión de género.
Sin embargo, el tema de fondo aquí no es si nos gobiernan hombres o mujeres, sino que necesitamos mujeres y hombres, políticas y políticos, ciudadanas y ciudadanos, la justa mitad: valientes, honestos, profesionales, incorruptibles… y eso SÍ HAY QUE DEMOSTRARLO.