Si se concluye, el Tren Maya será la obra de infraestructura mas emblemática del sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Es obra pasa por varios estados del sureste, pero sin duda su principal tramo está en el estado: la joya está en los kilómetros que unirán a Cancún con Tulum.
Hay también otras obras de infraestructura en territorio de Quintana Roo que el Presidente asume como propios. Una es el muy necesario aeropuerto de Tulum; la otra es el inexplicable Puente Nichupté, un lastre del que varios deberán dar cuentas en unos años, si realmente se termina (o al menos se inicia).
Podría decirse que hay un corredor Cancún (Benito Juárez) Playa del Carmen (Solidaridad) y Tulum, que tiene una estratégica importancia política y económica tanto en el Gobierno Federal como el estatal.
Por eso, hace tiempo que un grupo de políticos analiza el escenario electoral, y al final su análisis concluye en una pregunta que involucra al Presidente pero también al gobernador Carlos Joaquín: ¿se puede poner en peligro todo eso, con el costo económico, político y simbólico que tiene, por una elección, y hasta, incluso, por una sucesión gubernamental?.
La respuesta, hasta ahora, es que esa aventura no tendría ningún sentido. Y por eso, ya se especula con un pacto electoral entre AMLO y CJ para que esos tres municipios queden en manos amigas de ambos.
Vamos a analizarlo municipio por municipio.
En esta misma columna, semanas atrás, se dieron a conocer dos datos electorales muy interesantes sobre Tulum.
Uno, es que la mesa de negociación de los partidos de la alianza de la 4T, Morena dejó en claro que Tulum no se toca, porque es una prioridad del Presidente. La razón tiene que ver justamente con las obras de infraestructura que su gobierno impulsa en el municipio.
La segunda información surge de la mesa de negociación de la otra alianza, la joaquinista que incluye al PAN, PRI, PRD y Confianza. En esa mesa, Carlos Joaquín dijo sin ambages que Víctor Mas pierde su reelección en todos los escenarios contra Marciano Dzul, que sería candidato de Morena. El otro candidato posible de la 4T es Jorge Portilla.
O seas, hay muchas chances de que el joaquinismo pierda Tulum, y a nadie escapa que a pesar de las diferencias que actualmente tiene el mandatario estatal con esos dos personajes políticos, su historia personal con ellos pude volver a ser amistosa en cualquier momento.
En Solidaridad, hay dos versiones políticas que llegan a un mismo punto, y que alude a la alianza joaquinista estaría en condiciones de recuperar ese municipio. Incluso, en la mesa nacional de la 4T se llego a decir en voz alta, que dejar de candidata nuevamente a Laura Beristain sería una forma de entregarle el municipio a Carlos Joaquín, porque Laura seguramente va a perder.
También se ha sabido que en esa misma nacional de la 4T ya figura el nombre de Cristina Torres como posible candidata de Morena, para enfrentar a Lili Campos por el PAN. Otra vez, se trataría de una figura afín al joaquinismo, pero ganando la elección por Morena.
Por último, en este mismo espacio se ha hablado varías veces de la elección de Cancún. Para resumir, se dirá que en 2018 Mara Lezama ganó la elección como la “candidata de todos” (eso incluye tanto al AMLO como al gobernador Carlos Joaquín) y hoy se trabaja para repetir ese esquema el próximo 6 de junio.
La pregunta es: ¿Estaremos ante una puesta de escena electoral que terminará con un acuerdo de fondo para mantener la pax política de la 4T con el joaquinismo en Quintana Roo? En las próximas semanas, cuando ya estén los nombres de los candidatos, podremos tener mas elementos para saber qué tan cierta es esta especulación.
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