Romería: Morena, al borde del abismo.
El triunfo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sobre el partido Morena en Coahuila e Hidalgo el pasado domingo, ha sido una bocanada de oxígeno para el moribundo tricolor de Quintana Roo, aunque las condiciones de ese partido en los estados ya mencionados y en local, son muy diferentes.
Y es que no es lo mismo que el partido tricolor compita en un estado donde gobierna y, por ende, tiene el control de los recursos y los órganos electorales locales, a un Quintana Roo donde la oportunidad que tiene para sobrevivir es aliarse a sus enemigos del pasado, entiéndase el PAN y PRD.
En Quintana Roo las condiciones para resultar triunfadores se acomodarían más bien para la alianza que encabece el PAN con su aliado el PRD, contra un Morena que mantiene una lucha interna por la dirigencia nacional, lo cual no les dejó ver el peligro que se cernía en Hidalgo y Coahuila, donde el tricolor ganó la mayoría de los municipios y diputaciones locales.
Ahora bien, en Morena parece que les cayó el veinte en el sentido que, si no privilegian los intereses de partido por encima de los personales, sufrirán la misma suerte que en estos dos estados en el 2021, lo cual se verá en los próximos días cuando se conozca el nombre del nuevo dirigente nacional.
Posterior a esa elección, los morenos mostrarán si tiene la capacidad de unificarse y coordinarse para llegar unidos al proceso electoral del 2021, o si de plano los intereses personales de los grupos internos, terminarán por cavar la tumba en la cual se auto sepultarán como partido.
Y es que lo que juega en las elecciones del 2021 no es cosa menor, se elegirá a los 500 diputados federales que acompañarán, para bien o para mal, el final del mandato del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
AMLO necesita un Congreso federal con mayoría morena y aliados para poder concluir con relativa calma su gobierno; de lo contrario, el fin de su mandato será desastroso y peligroso.
En lo local, es decir en Quintana Roo, se renuevan las 11 presidencias municipales, tres de ellas en manos de Morena y son ni más ni menos que los principales destinos turísticos Benito Juárez y Solidaridad, además de Othón P. Blanco, donde se ubica la ciudad Chetumal, capital del estado.
Así las cosas para Morena donde, de un tropiezo que podrían significar los resultados electorales del domingo pasado, podrían caer a un barranco que no los repondría en los próximos años. Hasta la próxima.
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