La OMS descarta daños en el uso de cubreboca en niños. Algunas denuncias que han circulado en redes sociales, aseguran que el uso prolongado del cubrebocas en los niños, genera efectos nocivos como ‘favorecer el cáncer’; ‘respirar menos oxígeno’ o estimular el crecimiento de ‘hongos y bacterias’; sin embargo, no hay evidencia científica que respalde las denuncias.
Las campañas publicadas en Facebook y Twitter, además a campañas de recolección de firmas en algunos países hispanohablantes; usuarios de Internet han masificado una imagen titulada, “¿Crees que le proteges?”, en la que se cuestiona el uso de cubrebocas en los menores.
Las cosas negativas que se han publicado son: “el metabolismo de un niño requiere el doble del oxígeno que el de un adulto”, y esto genera que algunos de los “efectos del uso prolongado de mascarillas”, sean “problemas sicológicos”, “menos oxígeno” o respirar “más CO2”.
Asimismo, otros mensajes que circula en redes sociales como: supuestos “hongos y bacterias, favorecen el cáncer, generan neumonía y deshumanizan”.
Sin embargo, la evidencia científica no ha mostrado ningún efecto negativo, del uso de mascarillas en el proceso respiratorio y pediatras, consideran que su uso en mayores de dos años es seguro y efectivo, para prevenir la covid-19.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), y especialistas médicos han confirmado que el “uso prolongado de las mascarillas médicas, cuando se llevan puestas correctamente, no provoca intoxicación por CO2, ni hipoxia, (ausencia de oxígeno en tejidos)”.
También, el doctor Jaime Barrio, del Consejo Científico del Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem), ha precisado durante el proceso de verificación de otros rumores, sobre este tema que las mascarillas, “no están cerradas al paso de aire”; ya que el material de la que están hechas permite que “entre el oxígeno y se elimine el dióxido de carbono”.
Los menores, si es cierto, en su proceso de desarrollo, consumen más oxígeno que los adultos, pero al ser los cubrebocas, un sistema abierto al flujo de aire, estos no obstaculizan la obtención de ese elemento.
En su momento, el doctor David Escudero, miembro de la Sociedad Colombiana de Pediatría, explicó que «los niños, por su alta tasa de crecimiento; tienen un mayor consumo de oxígeno, tanto así que en grupos etarios como recién nacidos y los lactantes menores de un año, pueden incluso duplicar el consumo de oxígeno de los adultos”.
Sin embargo, “estas demandas las satisfacen aumentando la frecuencia respiratoria, la frecuencia cardíaca y, por lo tanto, las necesidades de oxígeno se ven satisfechas”.
Según el especialista, “la evidencia hasta ahora recolectada, sobre el uso de mascarilla en edad pediátrica, muestra que es un mecanismo eficaz para prevenir el contagio y las infecciones virales”.
“No existe tampoco evidencia hasta el momento, que asocie el uso de mascarilla con riesgo aumentado de cáncer o riesgo de neumonía; por lo tanto no son afirmaciones que tengan un soporte científico adecuado”, añadió Escudero, sobre otro de los reclamos de la imagen viral.
No hay registro, dijo, de eventuales problemas psicológicos en los menores, “sí evidentemente asociados al confinamiento o al distanciamiento social; porque existen otros métodos de generar comunicación de emociones, no necesariamente con el contacto o la visualización de la parte oral”.
“En general, los niños son bastante receptivos a las medidas de bioseguridad. Si ellos perciben que en casa, en la escuela y en la sociedad se cuidan; ellos imitan este comportamiento y lo hacen de manera adecuada”, añadió.
Pero lo que sí han advertido las autoridades sanitarias globales, entre ellas los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de EU, es que los menores de 2 años, son personas que «NO deben usar mascarillas”.
Según Escudero, esto se debe a que, “por su desarrollo motor, existe un potencial riesgo de asfixia y porque manipulan mucho el tapabocas y la idea es que no tengan contacto con la parte anterior, que es donde potencialmente se pueden alojar las partículas”.
De acuerdo con los CDC, el uso correcto y constante de estos elementos de protección, puede resultar difícil para algunos niños, con ciertas discapacidades motoras o cognitivas.
Te puede interesar: Concluye la aplicación de vacunas anticovid a reos en Quintana Roo
En estos casos, el organismo recomienda retirarles la mascarilla antes de dormir; hacer la siesta; en los momentos en que podrían dormirse, (como en el asiento del auto o el cochecito), y situaciones en las que no se las pueda supervisar de forma continua.
Esta web usa cookies.