Categorías: Virales

Apu existe!, pero no tiene huellas digitales

Todos ubicamos al simpático personaje de origen hindú de la serie animada «Los Simpson», pero allí en la India, Apu existe y padece una rara mutación que no es motivo de risa.

Se trata de un ciudadano Hindú de nombre Apu Sarker, de 22 años, y quién aunque no tiene relación con la serie norteamericana -salvo por el nombre- su historia, amén de triste es muy interesante pues al igual que la caricatura, comparte uno de sus razgos.

Apu, de 22 años, vive con su familia en una aldea en el distrito norteño de Rajshahi, y hasta hace poco, trabajaba como asistente médico. aunque toda su familia, padre y abuelo eran agricultores.

La historia interesante, es que los hombres en la familia sarker parecen compartir una rara mutación genética, tan rarísima en el mundo, que se cree que solo afecta a un puñado de personas en todo el orbe: carecen de huellas dactilares.

Esto no era problema para los antepasados de Apu, pues en las épocas de su abuelo,, no tener huellas digitales no suponía ningún problema. “Nunca lo pensé como un problema”, dijo Apu.

Sin embargo, al paso de las décadas, esos pequeños surcos que se arremolinan en las puntas de nuestros dedos -llamados dermatoglifos– si que se han convertido en un asunto de relevante importancia al convertirse en el dato biométrico más recopilado del mundo para todo tipo de fines.

Hoy día se utilizan casi para todo, desde pasar los lectores dactilares de los aeropuertos hasta para desbloquear los teléfonos inteligentes, amén de cualquier cantidad de asuntos que tienen que ver con la identidad.

El dato viene al caso, porque en 2008, cuando Apu era niño, Bangladesh introdujo una Tarjeta de Identidad Nacional para todos los adultos y la base de datos requería una huella del pulgar. En ese momento, los funcionarios confundidos no sabían si emitirle una tarjeta al padre de Apu, Amal Sarker. Finalmente, recibió una tarjeta con el sello “SIN HUELLA DIGITAL”, algo rarísimo en el mundo.

Hace bastante que en todo el mundo, las huellas dactilares se han vuelto obligatorias para pasaportes y licencias de conducción y documentos de identidad nacional, no tenerla, supone no tener identidad, ya puede uno imaginarse el problema que esto supone.

Después de varios intentos, Amal logró conseguir un pasaporte mostrando un certificado de una junta médica. Nunca lo ha usado, en parte porque teme que haya problemas en el aeropuerto. Y, aunque conducir una motocicleta es esencial para su trabajo de agricultor, nunca ha obtenido una licencia.

“Pagué la tarifa, pasé el examen, pero no me dieron la licencia porque no podía dar una huella digital”, explicó.

Es por eso que Amal carga consigo el recibo de pago de la licencia, pero no siempre le ayuda cuando lo detienen. Le han multado dos veces. En ambas ocasiones explicó sobre su dolencia a los policías, dijo, y les mostró las puntas de sus dedos para que vieran. Ninguno le perdonó la multa.

Amal ni siquiera puede comprar en su país una tarjeta SIM para celular, pues en 2016, el gobierno hizo obligatorio comparar la huella digital con la base nacional de datos para poder comprarla, “Parecieron confundidos cuando fui a comprar una SIM, el software de su sistema se congelaba cada vez que ponía mi dedo en el sensor”, dijo Apu, con una sonrisa irónica.

Evidentemente le rechazaron la compra. Todos los hombres de su familia tienen que usar tarjetas SIM bajo el nombre de su madre.

El raro padecimiento de Apu, y de toda su familia, recibe el nombre de adermatoglifia, y surgió al mundo cuando en 2007 Peter Itin, un dermatólogo suizo, fue contactado por una mujer de su país que tenía problemas entrando a EE.UU por carecer de identidad.