Un orangután macho que sufrió una herida en la cara utilizó plantas medicinales para curarse a si mismo, sorprendiendo a toda la comunidad científica, pues esto nunca se había visto antes.
El sorprendente hecho ocurrió en junio de 2022, en el centro de investigación Suaq Balimbing, situado en una zona protegida de selva tropical en Indonesia, donde el orangután macho de Sumatra Rakus, llamó de esta manera la atención de los científicos.
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Tres días después de la pelea, Rakus pareció iniciar un proceso de curación por si mismo utilizando una planta conocida por sus propiedades medicinales. Algo que nunca se había visto antes.
Según Isabelle Laumer, primatóloga y bióloga cognitiva del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal en Alemania, el orangután masticó las hojas de la planta para producir un líquido que aplicó en la herida, y luego utilizó el material vegetal masticado directamente sobre la lesión.
Esta planta, llamada comúnmente Akar Kuning (nombre científico Fibraurea tinctoria), raramente es consumida por los orangutanes de la región, que habitan en bosques pantanosos de turba. Sin embargo, Rakus la ingirió y la utilizó para tratar su herida.
Según Caroline Schuppli, bióloga evolutiva del instituto, este es el primer caso documentado de tratamiento activo de heridas con una especie vegetal con propiedades medicinales por parte de un animal salvaje.
Rakus, nacido aproximadamente en 1989, es un macho con características sexuales secundarias masculinas y uno de los machos dominantes de la zona. Los investigadores dijeron que el autotratamiento de la herida del orangután no parecía casual.
Los investigadores observaron que el comportamiento de Rakus no parecía casual, sino intencionado. El orangután trató selectivamente su herida facial con el jugo de la planta y aplicó repetidamente el material vegetal hasta que la lesión quedó totalmente cubierta. La herida se cerró en cinco días sin mostrar signos de infección.
Este descubrimiento sugiere que las capacidades cognitivas necesarias para este comportamiento podrían ser compartidas con el último ancestro común de orangutanes y humanos, que vivió hace unos 13 millones de años.
Los orangutanes, conocidos como «personas del bosque», son los mamíferos arborícolas más grandes del mundo y comparten aproximadamente el 97% de su ADN con los humanos.
Estos simios, que llevan una vida solitaria en los árboles, demuestran grandes habilidades cognitivas y han sido observados utilizando herramientas en diferentes contextos, transmitiendo estas habilidades de generación en generación.
Con Información de Agencias
Esta entrada fue modificada por última vez en viernes, 3 de mayo, 2024
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