Sucopo, en el municipio de Tizimín Yucatán, fue escenario una vez más del ancestral ritual del baño de San Juan, celebrado este año en el emblemático cenote «7 Bocas». A diferencia de ediciones anteriores, la ceremonia fue marcada por una menor afluencia de asistentes, principalmente debido a condiciones climáticas adversas que afectaron la participación esperada.
Te Puede Interesar: Registra Yucatán primeras muertes por oleadas de calor
La procesión hacia el cenote experimentó un inusual retraso, destacando la ausencia de la tradicional charanga que suele animar el recorrido. Sin embargo, un reducido grupo de personas, incluida la reina de la feria local, Camila de los Ángeles Canché Pucm, acompañaron la imagen de San Juan y portaron flores de «Navanche» durante el trayecto desde la iglesia hasta el cenote.
El ritual en el cenote comenzó con la colocación de jícaras de pozole con coco y la imagen del santo sobre un altar, situado junto al árbol de «San Juan». Los participantes ofrecieron hojas y flores de «Navanche», considerada la madre de todas las plantas en la tradición local, como símbolo de gratitud y purificación.
Posteriormente, varios asistentes se aventuraron a sumergirse en las aguas del cenote, cumpliendo con la creencia de que el baño de San Juan purifica la piel y protege contra enfermedades. Aunque la comunidad esperaba superar la cifra de clavadistas del año anterior, que ascendió a 29, en esta ocasión solo alrededor de 10 hombres de Sucopo y uno de Tizimín se lanzaron desde la bóveda del cenote.
La celebración no solo representa un momento de conexión espiritual y cultural para los habitantes de Sucopo, sino también una oportunidad para mantener vivas las tradiciones que honran a San Juan y la naturaleza sagrada del cenote «7 Bocas». La presencia reducida este año no menguó el fervor y la devoción de quienes participaron, fortaleciendo así el vínculo entre la comunidad y sus raíces ancestrales.
Celebración del Baño de San Juan en Tizimín: Tradición y Espiritualidad
Con Información de Agencias