A casi un mes de la inundación de viviendas en la comunidad de San Andrés, en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, el nivel del agua ha empezado a descender; sin embargo, ahora surgen más problemas debido a los olores de putrefacción por los animales de traspatio que murieron.
Como se recordará, desde a principios del mes de pasado fue que varias comunidades mayas del municipio de Felipe Carrillo Puerto sufrieron inundación en sus viviendas, a consecuencia de las tormentas tropical “Amanda” y “Cristóbal”.
La comunidad de Naranjal Poniente fue una de las primeras que resultó afectada; posteriormente, Presidente Juárez, Santa Lucía, Ramonal Chunhuhub y semanas después, la comunidad de San Andrés, que a pesar de que pronosticaron lo que se acercaba, debido a que lo habían vivido hace 25 años, muchas familias resultaron sorprendidas y damnificadas ante la fuerza de la naturaleza que se manifestó en las corrientes de agua de la Península.
Las familias damnificadas recibieron ayuda alimentaria para poder sobrellevar la situación, las autoridades instalaron refugios y albergues comunitarios, aunque la mayoría se quedó en casa de algún familiar; incluso, se abrió un camino alterno para que la ayuda pudiera llegar, puesto que el acceso principal también resultó inundado.
Sin embargo, las familias campesinas no serán ayudadas en el pago del seguro agrícola por sus cientos de hectáreas de maíz y frijol que resultaron siniestradas por las lluvias, mucho menos sus enseres domésticos que perdieron al inundarse sus viviendas.
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