John allen chau ,un explorador de 26 años falleció en una isla del archipiélago Andamán y Nicobar del Océano Índico, intentaba evangelizar a una tribu.
Según varios pecadores, la tribu de la Isla Sentinel del norte lo vio como una amenaza y no lo pensó dos veces y lo asesinaron con arcos y flechas.
John allen intentaba ir a evangelizar a la tribu, sin embargo no hizo caso a las autoridades de la india que tenían prohibido el paso a la isla.
El joven estadounidense estaba emocionado, al saber que podría ir a la isla en la que no va prácticamente nadie, debido a la reputación que tienen los sentineleses.
John pagó a unos pescadores para que lo llevaran, ellos le advirtieron que el viaje podría ser peligroso, debido a que en el 2006 la tribu mató con flechas a dos hombres que pescaban cerca de la isla.
Está isla le pertenece al territorio de la india, la vida humana ha estado por más de 60 mil años, y ahora están en peligro de extinción ,los nativos hablan un idioma que es irreconocible, Andan desnudos y al ver a un extranjero que amenaza su isla lo único que piensan es en matarlo.
Las autoridades intentaron tener contacto con los sentineleses, pero al ver que ellos se portaban de una forma violenta decidieron dejarlos en paz y no meterse en la isla, sentinel del norte fue toda suya.
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Según medios locales, los pescadores fueron sobornados por el joven para ser trasladado a la isla.
Cuando lo transportaban le dijeron que solo podrían llegar a ciertos kilómetros de isla por que era ilegal.
Las autoridades prohibieron el paso y la convivencia con los nativos no solo por su forma violenta de actuar sino que temían que se lleve enfermedades como la gripe al lugar.
John bajo del barco pesquero y se dirigió en canoa pero al explorar se encontró con los nativos quienes según los pesqueros le dispararon con arcos y flechas.
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El joven colaboraba con el portal Outbound Collective, en sus historias contaba que siempre le había interesado viajar por densos bosques.
Le apasionaba mucho viajar, “soy explorador de corazón” explicaba
Además de ser explorador trabajaba como entrenador de fútbol.
Ayudaba a “dar normalidad a las vidas de niños refugiados alrededor del mundo”.
Desde pequeño jugaba con su hermano con lanzas creadas con palos.
John ayudaba y siempre le interesaba viajar, siempre generaba un proyecto en mente; sin embargo, uno de sus proyectos le costó la vida, él público que tenía pensado viajar a las islas en Andamán y Nicobar “¡hay mucho por ver y hacer allí!”.
Nunca se imaginó que su cuerpo iba a ser atravesado por flechas y que se quedaría abandonado ahí.
Lynda Adams-Chau, la madre john no pierde la esperanza de ver a su hijo,”Creo que todavía está vivo. Me lo dicen mis oraciones”, dijo su madre al The Washington Post.
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