La tragedia ocurrida en el estadio Corregidora durante el encuentro deportivo de futbol entre el Atlas y los Gallos de Querétaro, tendría un origen en carteles del narcotráfico que, según un profesor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se han venido infiltrando en las denominadas “barras bravas”.
Según el catedrático, habría una especie de traslado de la feroz lucha que pelean los carteles a balazos en las calles, ahora mutada al escenario de los estadios deportivos, por lo menos en los de futbol.
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Hugo Sánchez Gudiño, profesor e investigador de la UNAM, explica que aparte de la es casa cultura que detenta la sociedad mexicana, el fenómeno de la narco cultura y su violencia asociada, han permeado en la conducta de muchas personas.
En opinión del profesor, “Hay un entorno violento, vivimos en una sociedad muy violenta que en los últimos años, con la presencia de los carteles, ha intoxicado el ambiente y esto se traduce en la vida social y cultural de las personas”.
Esto, deduce, es lógico que se trasmute a estos grupos de “fanáticos” de este deporte,”Con todo ese ambiente violento en una comunidad que tiene una cultura muy básica, es lógico que si te retroalimentas de esos valores violentos, en una grada o estadio los vas a desahogar o replicar y vas a hacer un espejo de ella” asegura.
Los horribles hechos vividos en el estadio Corregidora, el cual se convirtió en un campo de batalla en el que no se respetó ni edad ni género, y en donde las barras bravas de Querétaro y Atlas mostraron su lado más agresivo, es muestra evidente de ello.
Pero aparte, considera el investigador, los carteles han tomado un papel activo en estos grupos “Buena parte de los grupos delictivos de los cárteles se han venido infiltrando a esos grupos de animación y esos elementos traen consigo más violencia”.
Y allí es donde dan continuidad a sus luchas territoriales, explica “En Atlas está el (cartel) Jalisco Nueva Generación y en el caso de Querétaro está el de Santa Rosa de Lima, porque Querétaro está en un corredor donde hay estos carteles que se dedican al huachicol y tienen mucho peso en esa zona y, por los datos que hay, en ambas barras operan estos grupos”.
Los puntos que señala Sánchez Gudiño no son gratuitos, pues ha realizado ya diversos estudios sobre las barras en México, en su opinión es un problema complejo y eliminar a las barras o prohibirles la entrada a estadios son soluciones que no atacan el problema de raíz.
Pues señala que “El hecho de que desaparezcan la barra, sólo es de nombre, pero el aficionado va a seguir asistiendo al estadio, va a seguir organizando en un grupo y seguirá violentado”.
Lo pero de esta preocupante situación, afirma el profesor es que “La opinión pública lo condena, los directivos también y anuncian ciertas medidas para solucionarlo, pero ya que pasa cierto tiempo se olvida y vuelve a repetirse todo y el ciclo continúa”.
