Los partidos se desmoronan.
El PAN sin militantes a punto de perder el registro, solo 227 mil mexicanos son panistas.
En el PRI surge un movimiento al interior para “refundarlo”, que hizo conferencia de prensa y autocritica esta misma semana.
Fuerza por México no cuajo.
El Partido Verde “forcejea” con el presidente su apoyo en la próxima legislatura nacional.
Y el PRD se tambalea en lo que han dado en llamar desde 2018 su crepúsculo político.
Y en Morena el senador que no fue mencionado en la lista de presidenciables, declara que de cualquier manera competirá.
Esa es la situación actualizada a la semana que transcurre en el escenario político nacional.
Y en ese contexto se gesta ya la sucesión en Quintana Roo. En 2022 no solo está en juego la gubernatura, también el Congreso local.
Con el ascenso de Morena a ocho alcaldías, el poder de operatividad y estructural pasa totalmente a ese partido, si saben posicionarse sus presidentes municipales en los cinco meses que tendrán previos al arranque de procesos internos y campañas formales en febrero y abril.
Y es allí donde los intereses se cruzaran en nuestro estado.
Cuestionemos:
¿Morena se quedará con la gubernatura y el actual gobernador con el Congreso? Eso sería muy favorable, quizás lo ideal según los estrategas hoy.
Con los partidos debilitados en extremo, en la renovación legislativa, lo importante será el perfil y la filiación personal de los candidatos, es decir, no las siglas con que compitan, sino el grupo político al que respondan. Y así es como se designaran seguramente.
Por eso se está gestando una reforma que se espera concretar en el siguiente periodo electoral para que los diputados se reelijan hasta por cuatro periodos consecutivos.
Pero como todo en política, uno pone y Dios dispone. Ya en 2016 en la salida de Roberto Borge consideraron que el Congreso sería el búnker, el contrapeso de quienes llegaban al Gobierno del Estado, que los diputados electos eran sus compadres, sus amigas, sus leales, tanto así que se triplico el presupuesto para el poder legislativo para poder operar desde allí decían los estrategas… y en la primera sesión de septiembre 2016 todo ese plan se revirtió en cuestión de horas.
Allí aplicó el dicho: muerto el rey, viva el rey… y, naturaleza humana, lo más probable es que se repita en 2022 y deje desprotegidos a más de tres.
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