El primer mensaje es contundente y claro. “Mira, las pruebas son reales y te cuestan mil 800 pesos. Te dan resultado en quince minutos, no hay pierde”, sostiene el texto que se repite en los últimos días por varios grupos de WhatsaApp en Quintana Roo y particularmente en Cancún y Playa del Carmen.
El comercio ilegal de pruebas Covid y medicamentos para tratar la enfermedad
Se trata de la venta clandestina de pruebas Covid para la población en general, la cual consiste en una unidad con reactivo que viene en una caja con instrucciones precisas para llevar a cabo el test.
Lo que más sorprende es lo “completo” que se vende. Por ejemplo, el vendedor sostiene que tiene todos los permisos y certificaciones sanitarias que pide el gobierno federal para vender este producto.
Sin embargo, el vendedor de la red se queda mucho tiempo en silencio cuando se le pregunta si cuenta con el permiso de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Después de 1 minuto de silencio a través del teclado, el vendedor borra toda la comunicación. Se ha sentido descubierto. No logró acceder a una venta que, según otros contactos, era segura.
Y es que en realidad no se trata de un solo vendedor, sino de una red que desde hace quince días trabaja vía redes sociales y de manera digital, en la comercialización de pruebas de Covid-19
De acuerdo con las autoridades federales, son Ciudad de México, Guadalajara y Cancún las tres ciudades donde se ha dado esta venta clandestina de pruebas, con mucho mayor énfasis
La venta de estas pruebas va al mayoreo y menudeo. Los números que se han detectado son de Querétaro y de ciudad de México. Dentro de la red, algunos vendedores se presentan como doctores y otros como militares, para generar una credibilidad inmediata.
Estas personas se han incrustado en las redes sociales y en páginas de venta en línea para poder comercializar el producto de forma masiva y sin ser ubicados, ya que una vez aseguran la venta, agregan a sus “clientes” a un grupo privado del cual aún no se sabe mucho.
A nivel nacional se habla de un mercado negro de pruebas, material y aparatos médicos en el que participan personas de todo tipo de ocupaciones quienes aprovechan la contingencia que se vive actualmente.