El proceso electoral del 2021 ha atizado, aún más, la lucha intestina que se vive en el partido Morena, donde se libra una guerra sin cuartel de todos contra todos con el puro objetivo de mantenerse en el poder y afianzar un espacio en las próximas elecciones.
Romería: En Morena, sálvese quien pueda
Y es que los morenos no necesitan enemigos externos para exhibirse y atacarse, no, el fuego cruzado que se vive es interno donde piden investigaciones, cambios de dirigencias y se exhiben sin recato alguno en su falta de oficio político.
Pero la batalla que se libra en Morena no es privativa de Quintana Roo, sino que baja desde el centro del país, de la Ciudad de México, epicentro del encontronazo entre los grupos de Bertha Luján y Yeidckol Polensvky.
Ahí el dirigente nacional interino, Alfonso Ramírez Cuéllar, se negó a organizar la elección interna de la nueva dirigencia nacional, lo que dio como resultado que ahora sea el INE quien lleve al cabo las elecciones con cargo a las prerrogativas de ese partido, por indicación directa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Pues esa turbulencia y la cultura de todos contra todos ha bajado hacia el estado, específicamente en los municipios de Benito Juárez y Solidaridad, en una pelea de lodo por las candidaturas a las presidencias municipales.
En Solidaridad, Playa del Carmen no es de sorprender que el tiro al blanco sea la presidente municipal Laura Beristain, cuyo mal gobierno y señalamientos de corrupción ha generado la conformación de un bloque opositor, en su mismo partido, contra la posibilidad de una posible reelección.
Ahí hasta el chetumaleño José Luis Pech, actual senador por Morena, cree que tiene derecho a ir buscar la candidatura a la presidencia municipal, lo cual está aún por verse si consideramos que su residencia siempre ha sido Chetumal.
En Benito Juárez los bazucazos se ha intensificado, aquí se están dando hasta con la cubeta, se señalan, denuncian y aplican todo lo permitido para sacar del camino a sus rivales, como dicen, en la guerra y en el amor todo se vale, y se agrega obviamente la política. Hasta la próxima.
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