‘Puede más la fe que el miedo al Covid-19’. Ante la cercanía de la celebración a la Virgen de Guadalupe, muchos preparan dicho festejo, aunque este año será diferente.
Sin embargo, pese a la pandemia, muchos deciden arriesgarse y poner su fe en primer lugar; así es el caso de Luis, quien organiza desde hace 20 años una pequeña peregrinación en compañía de sus tres hijos, su esposa y su madre, para dar gracias a la Virgen de Guadalupe por un año más de vida.
“Importa más la fe que el miedo al virus”, asegura, mientras se dirige a la salida de la Basílica de Guadalupe.
En su peregrinación, la familia de Luis lleva consigo dos imágenes de la Virgen, las cuales recién acaban de bendecir. Dice que una se va a Toluca y otra se queda en casa para festejar a la guadalupana el próximo 12 de diciembre.
“Este año decidimos venir con anticipación a visitar a la virgencita, no es lo usual, pero nunca fue opción faltar, es una tradición. No importa la pandemia, teníamos que venir a festejarla”, asegura Luis.
Asimismo, Viridiana, esposa de Luis, comentó que la familia acostumbra iniciar los festejos guadalupanos en punto de las 12:00 horas del 12 de diciembre, para cantar las Mañanitas en el altar que previamente han decorado con flores.
“Nos quedamos despiertos hasta la medianoche, todos juntos le cantamos las Mañanitas y encendemos las veladoras por los favores recibidos durante el año. Por la tarde hacemos una comidita y la pasamos reunidos”, explica.
Sin embargo, Patricia, madre de Luis, comparte que su mamá fue quien inició la tradición y que cada año la llevaba a ella y a sus hermanos hasta la Basílica.
“El amor que yo siento por nuestra madre es muy grande y muy hermoso. Mi madre me inculcó la devoción y yo la he compartido con mis hijos y ahora mis nietos.
“No hay diciembre sin festejo a la virgencita, siempre me emociona verla y pedirle que nos proteja, ahora más con todo esto que está pasando”, refiere Patricia.
La familia asegura que debido a la pandemia, este año el trayecto no lo hicieron a pie, sino en transporte para evitar tumultos. Además, afirman, atendieron en todo momento a las autoridades sanitarias que están desplegadas en el perímetro del recinto guadalupano.
“Sabíamos que debíamos traer cubrebocas para poder ingresar. En la entrada nos tomaron la temperatura y nos dieron gel. En la medida de lo posible mantenemos la sana distancia con otras personas, sabemos que estamos en emergencia”, dice.
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“Claro que tenemos temor, pero justo por eso estamos aquí pidiéndole a la virgencita que nos socorra, que esté con nosotros”, concluye Luis.