Estefanía Sarahí Cazares, madre regiomontana que busca recuperar a su hija de dos años, fue agredida y amenazada por los familiares de su expareja, quienes mantienen “secuestrada” a la menor.
Lo anterior quedó asentado en la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Contra la Mujer y por Razón de Género, en la carpeta de investigación FGE/QR/CAN/FEDCMRG/07/2557/2019, en la que se estableció violencia familiar.
La agraviada relató a Denuncia Ciudadana, que el pasado sábado 3 de agosto buscó la manera de acercarse a su hija para saber cómo estaba, razón por la que permaneció cerca del domicilio de sus abuelos paternos, ubicado en el fraccionamiento Gastronómicos, Supermanzana 7, manzana 51, lote 15, edificio 235, departamento 101.
En horas de la tarde se percató que la niña estaba en el interior de un auto y decidió acercase; sin embargo, fue parada en seco por las agresiones de la abuela, quien le propinó un golpe en la mano, además de empujones y palabras altisonantes.
Un zafarrancho se registró en cuestión de minutos, debido a la intervención del abuelo de la niña, Arturo Aranda Amaro, y Gerardo Aranda Ruiz –padre de la menor-, quienes no dudaron en agredir a la joven madre.
“Cuando acudí a la Fiscalía General del Estado para presentar la denuncia de sustracción de menores, un policía me dijo que no había problema, que como madre tengo derecho de ver a mi hija, y eso fue lo que intenté hacer, pero me agredieron. La abuela jaló a mi hija y no dejó que yo la viera ni la abrazara; Gerardo intentó cerrarme la puerta del coche y subió las ventanillas, fue en esos momento cuando sentí un golpe en la espalda y en la mano una herida”, relató Estefanía.
Además, agregó que la amenazaron: Gerardo me dijo que quitara las denuncias que ya interpuse: sustracción de menores, violencia familiar y lesiones, o de lo contrario me iría muy mal”.
La mujer no pierde las esperanzas de recuperar a su hija de dos años, quien le fue arrebatada bajo la artimaña que sólo pasaría dos semanas de vacaciones con su papá.