El próximo domingo se llevará al cabo un evento inédito en la vida política del país, y es la primera consulta popular que tiene como objetivo juzgar las acciones de gobernantes pasados, ejercicio democrático ciudadano en el cual se medirá qué tan ofendidos se sienten los mexicanos con la forma de gobernar de los anteriores presidentes.
Sin embargo, el ejercicio histórico ha sido influenciado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que modificó la pregunta que originalmente fue planteada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y la dejó en una interrogante complicada y totalmente ambigua en la cual se abre la posibilidad de juzgar no solo a los expresidentes, sino a todos los actores políticos.
Hay muchas interrogantes en torno a la mencionada consulta, por ejemplo, cómo se aplicará en caso de ser vinculante, quién será el encargado de la investigación y a quién se incluirá ante, como ya dijimos, lo ambiguo y amplia de la pregunta, esto de lograrse los aproximadamente 37 millones de votos que se requieren para que sea vinculante.
También está el hecho de si los ciudadanos saldrán a votar, si podrán lograr la convocatoria necesaria, lo cual se ha convertido en un reto para los promotores de la consulta popular, entiéndase el partido Morena.
Por otro lado, tenemos al organizador, al Instituto Nacional Electoral (INE), cuyo enfrentamiento con el gobierno federal es constante y ahora, de no lograrse el objetivo podría ser señalado de no realizar bien su labor.
En todo ello tenemos la tremenda tarea que tienen los morenos de todo el país, y es garantizar, en sus respectivos estados, movilizar a los ciudadanos a votar para lograr la cantidad de votos que se requieren.
En Quintana Roo ya se hacen cuentas, son aproximadamente 625 mil votos los que se requieren para cumplir con la meta, o mejor dicho, cumplir con su parte, lo cual se antoja un poco difícil de lograr el próximo domingo.
Los morenos de Quintana Roo, donde se ganó el pasado 6 de junio 8 de los 11 municipios, tendrán que limar asperezas y trabajar unidos para cumplirle a su jefe máximo, al presidente de la República a quien le deben los cargos que ahora ocupan.
Así las cosas previo a la consulta popular, la cual también ha sido calificada por los contrarios al gobierno federal como una distracción, pero lo cierto es que es inédito y abre un parteaguas en la participación ciudadana respecto a la forma de conducirse de los gobernantes, y ahora solo falta que los mexicanos aprovechen la oportunidad que tendrán de participar e influir y no solo ser espectadores. Hasta la próxima.
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