Población de la tercera edad pondrá en amenaza sistema de salud en América Latina: CAF.- El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), plantea en su Reporte de Economía y Desarrollo (RED 2020), que el acelerado envejecimiento de la población en América Latina en los próximos años amenaza los sistemas actuales de pensiones y servicios de salud, de modo que los Gobiernos deben tomar medidas con el propósito de garantizar que los jóvenes puedan acceder a una protección adecuada cuando alcancen la vejez. En la mayoría de los países de la región es necesaria una mayor inversión para mejorar la cobertura que brindan estos sistemas.
Actualmente, cerca del 8% de los latinoamericanos tienen más de 65 años, por ello el informe pone la atención tanto en los componentes vinculados a la protección del adulto mayor como en los aspectos del mercado de trabajo que condicionan la cobertura de los sistemas de pensiones y su financiamiento.
“Por un lado, los adultos mayores conforman un segmento de la población particularmente sujeto a riesgos de salud y de falta de ingresos. Por el otro, estos componentes abarcan una parte importante del gasto público en América Latina, alcanzando en conjunto, alrededor de 8,5 % del PIB”, explica en el documento Luis Carranza, presidente ejecutivo de CAF.
No todo es cuestión de gastar más, destaca el reporte. En la mayoría de los países hay un margen significativo para aumentar la eficiencia, y la cobertura se podría aumentar en un promedio de 10,6% con el mismo gasto. Dado que la brecha promedio en el índice de cobertura con respecto a la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 13,4%, casi el 80% de esa brecha se podría cerrar mediante mejoras de eficiencia.
El acelerado envejecimiento de la población, y el desafío que conlleva para la sostenibilidad financiera de los sistemas de salud y de pensiones se añaden la informalidad laboral y la tendencia a la digitalización y automatización de los procesos productivos. “El avance en la digitalización y la automatización, aunque incipiente en la región, podría tener efectos disruptivos en las trayectorias laborales, especialmente entre aquellos trabajadores que desempeñan tareas relativamente más rutinarias. Este factor impactaría negativamente la base de contribuyentes de los esquemas de protección social”, apunta Carranza.
El reporte plantea algunos principios para guiar futuras reformas. Entre otros, revisar las edades mínimas de retiro en algunos países; la necesidad de impulsar la obligatoriedad de realizar aportes de jubilación para todos los trabajadores, incluyendo los que cuentan con comercios propios y reducir los requisitos de años mínimos de cotización en los lugares donde son demasiado elevados por el impacto de la informalidad.
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“Muchos países no tienen prácticamente margen para aumentar los ingresos por la vía de mayores contribuciones, pero sí existe un mayor potencial recaudatorio mediante un incremento del número de contribuyentes”, señala el presidente ejecutivo de CAF. Para lograrlo, es fundamental promover una mayor participación laboral de la mujer y, sobre todo, reducir la informalidad. “Además de implementar políticas para aumentar los ingresos de los sistemas de protección social, algunos países cuentan con espacios fiscales para cubrir las demandas de mayor gasto con un aumento de la recaudación de impuestos”, añade.
Con el propósito de lograr la aprobación e implementación exitosa de eventuales reformas, un aspecto clave es incorporar mecanismos de cambio graduales, destaca el Reporte de Economía y Desarrollo (RED 2020), publicado este martes por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), “Por un lado, factores netamente económicos generalmente requieren de transiciones relativamente suaves. Por otro lado, desde el punto de vista de la economía política, reducir la resistencia a los cambios propuestos muchas veces requiere introducir cambios graduales que no afecten a una parte significativa de la población, al menos en el corto plazo”. Una forma de reducir las resistencias a las reformas en los sistemas de pensiones, según muestra la experiencia internacional, “es excluir a quienes se encuentren ya retirados o relativamente cerca de jubilarse de la aplicación de las nuevas reglas”.